La república se encuentra disuelta, sin democracia, el sistema de justicia y todas las instituciones de un Estado fallido y forajido secuestradas por una tiranía que todos los días, de forma sistemática y continuada, viola los derechos humanos a la ciudadanía.
Enfoca su furia hacia una profesión que en muchas ocasiones hace de escudo o de muro de contención entre la fuerza de quienes tienen tomado el poder y el ciudadano en defensa de sus legítimos derechos e intereses contra los abusos, atropellos y arbitrariedades del sistema y, en retaliación a esta conducta, se es perseguido, hostigado, amedrentado, maltratado, vejado, injuriado, calumniado, encarcelado y hasta exiliado forzosamente.
En reiteradas ocasiones se hacen montajes; “shows sensacionalistas” en los cuales algunos periodistas de manera irresponsable se prestan para estigmatizar y difamar, por medios de comunicación y redes sociales, al hacer señalamientos ligeros en los cuales prácticamente se acusa y juzga en simultáneo, quebrantando el principio de la presunción de inocencia sin siquiera aguardar a que en el futuro se inicie un proceso de investigación legal y creíble del cual salga la verdad real, fruto de una sentencia obtenida de un proceso judicial justo.
Los abogados tienen un gran valor agregado en la sociedad; en cualquier país del mundo decente toda persona en cualquier estado y grado de un proceso sea administrativo y judicial tiene el constitucional, legal y legítimo derecho a ser asistido en su defensa de sus derechos e intereses por abogado privado de su confianza y en casos excepcionales, si no tiene dinero para costear uno, el Estado le asignará uno de oficio. Pero la realidad es que los abogados incluso son víctimas de lesiones personales, privación ilegítima de la libertad, abuso de poder, uso excesivo de la fuerza pública y quebranto de pactos internacionales sobre derechos humanos.
Se criminaliza y judicializa el ejercicio de esta noble y humanista profesión, la más perseguida por este régimen pues le es incómodo a sus intereses si no están alineados al sistema. Para hacer cesar esta realidad es por la fuerza de los organismos internacionales, la unión ciudadana y gremial para rescatar todas las instituciones del Estado, pues no existe otra manera.
Autor: Abg Adrián Alfonso Jaimes Blanco
Miembro del equipo jurídico y político de VENTE VENZUELA
Twitter e Instagram: jaimesabg