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La ruta para discutir y acordar un camino común en los próximos días, anunciado por la presidencia interina, ha debido ser discutida desde que empezó su gestión. Y estamos obligados a recordar que ésta, ya fue acordada en enero del 2019, cuando la legítima Asamblea Nacional aprobó el estatuto para la transición, pero se abandonó esa ruta, para impulsar otras de comprobada ineficacia. Se debe retomar el camino.

No reconocer los errores sugiere que no existe un propósito de enmienda, o quizás implique algo peor: no hay consciencia de haberlos cometido. Esto coloca al interinato en entredicho, ya que la primera responsabilidad de un líder es definir la realidad. La emergencia humanitaria por la que atraviesa Venezuela no puede seguirse tratando con frivolidad, o con más populismo, el tiempo perdido se cuenta en vidas de venezolanos, que caen víctimas de un genocidio sistemático por no existir un estado que garantice ningún derecho a los ciudadanos.

Ha costado a muchos entender que sólo recuperando el control territorial, la soberanía nacional y el Estado de Derecho podremos recuperar otros derechos como el voto. Por lo tanto, la única vía para alcanzar nuestra ansiada libertad y re-democratizar al país, es través de una Operación para la Paz y la Estabilización de Venezuela (OPE), tal como tras un diagnóstico bien pormenorizado y una ruta claramente definida, (que implica el empleo de todas las fuerzas posibles para nivelar las condiciones) como en concreto lo ha propuesto María Corina Machado, pero que el interinato no ha mostrado interés en discutir, como tampoco ha presentado una propuesta alternativa, solo un sorprendente silencio, y ahora esta extraña convocatoria al liderazgo nacional, para acordar un camino común.

Las opiniones y posiciones de todas las partes son conocidas por todos y están sobre la mesa, insistir en un ejercicio dialéctico para descubrir la verdad es un intento para evadir la responsabilidad y diluir las culpas. No se valora la importancia del tiempo para la vida de los venezolanos. Aquí debemos decirlo con todas sus letras, no se puede seguir indefinidamente evadiendo la realidad, las consecuencias de no asumir la responsabilidad pueden conducirnos a la anarquía y, a perder de las capacidades, fortalezas y oportunidades con las que aún contamos. Es necesario tener la claridad estratégica necesaria para definir las prioridades que produzcan los cambios demandados por los venezolanos.

Debemos empezar a darle contenido a la política, la tan cacareada unidad es y siempre será posible sólo entre aquellos que tengan un objetivo común: la libertad.

 

@pgalvisve

Coordinador del municipio Urbaneja, estado Anzoategui.