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La ubicación geográfica del estado Falcón, lo convirtió en un estado privilegiado por sus bellezas naturales, constituida por: playas, ríos, médanos y montañas, además de poseer un complejo refinador de petróleo catalogado como el segundo más grande del mundo, poseedor de un aparato agrícola, pecuario, y pesquero, la salina de Las Cumaraguas en franca evolución.

Una ciudad patrimonial, con ocho embalses para almacenar agua, a pesar de ello, la población está padeciendo de este vital líquido. En este territorio falconiano existía la única reserva en el mundo de la especie de semoviente (Burros), localizado en manadas en la jurisdicción del municipio Falcón, Península de Paraguaná, específicamente en las sabanas de Adícora; lamentablemente esta especie en esa zona ha desaparecido, las manadas que se observaban ya no existen, fueron sacrificados para comercializar con ellos y muchos habitantes de esta localidad, lo usaron para alimentarse por la situación económica que afecta a los venezolanos. Nadie hizo nada por evitar tal extinción, que en poco tiempo veremos los estragos que hará a ese ecosistema.

De igual manera, en los últimos 20 años destruyeron el complejo refinador Paraguaná compuesto por las refinerías el Cardón y Amuay, está en total deterioro y no refina ni un galón de petróleo, ni kerosene; la falta apoyo gubernamental para la producción agrícola, pecuaria, pesquera, como el abandono de la inversión en materia de turismo, incide en que estas áreas no estén produciendo a la capacidad existente.

En épocas pasadas, competíamos a nivel nacional en producción de leche, carne vacuna, caprina, pesca, turismo, en producción agrícola. En la actualidad, hasta las hortalizas hay que traerla de los estados andinos.

Pasamos a ser un estado en abandono, el parque automotor de las instituciones públicas, como: policía, Corpoelec, Hidrofalcón, Transfalcón, Fundaregión, Gobernaciones y Alcaldías, son cementerios de vehículos abandonados y desvalijados por sus propios administradores, causando un grave daño al patrimonio público. Esta destrucción ocurre en menos de veinte años de dictadura.

En otro sentido, los sistemas de telefonía móvil no funcionan, la línea Cantv es peor, las cableras de televisión que existen no tienen ni la mano de obra disponible para cubrir una avería en el sistema, y exigen al usuario buscar una escalera y transporte para poder solucionar, una responsabilidad que está en los contratos. Al comienzo de la dictadura Chavista se comienza a devaluar y a destruir el signo monetario, en el estado Falcón no hay dinero circulando en efectivo, todo ésta dolarizado, y para poder adquirir cualquier mercancía pasas dificultades, porque en muchas ocasiones no hay internet para las transferencia, pagos móvil u adquirir cualquier compromiso comercial, ya que continuamente no hay electricidad, esto contribuye a la destrucción de lo poco que se maneja del aparato productivo en el estado.

El ciudadano falconiano para adquirir productos de la canasta básica se convierte en mago, por lo mísero de los salarios que cancela el régimen, lo que lo lleva a disminuir el consumo de alimentos y esto deteriora la salud. Los servicios funerarios en el estado, es otro de los males que padecen los falconianos por sus altos precios, si optas por incinerar un familiar, tienes que llevar al crematorio dos cilindros grandes de gas y no se consigue.

El control de la venta de gasolina por parte de las autoridades militares y policías, fue para ellos como dice la frase caída del cielo, el matraqueo, reventa de combustible, está desde el rango más raso hasta el escalón mayor o el jefe. La ciudadanía que tiene que salir en horas restringidas por el Covid-19, son vejados y maltratados, llevados a algún centro para dar orientación, la pregunta es de qué y quién es el epidemiólogo asignado para eso. Estos controles en el estado deben existir en las entidades bancarias cuando anuncian las miserias que a pensionados y jubilados paga el Seguro Social, donde se observan cientos de personas de la tercera edad aglomerados, decidiendo quien va a entrar primero al banco y sin control; esa es la parte que hay que controlar, es ahí donde existe el peligro de contagio, al ser de alto riesgo por sus edades.

Esta situación en el estado está fuera de control desde hace mucho tiempo; una ciudadanía sin gas, sin agua, sin electricidad, sin comida, sin transporte, sin que nadie le garantice seguridad, sin opción a adquirir medicinas y con un prolongado encierro por el Covid-19, observando como lo que existía en su estado ha ido en franco deterioro gracias a quienes saquean a nivel nacional las riquezas de la nación. No quisiera ni mencionar que por observar que los que ejercen autoridad en el estado se hacen los locos, lleguemos a un estallido social, el cual parece inevitable si continuamos por este camino incierto.

 

Julio Romero

Coordinador estadal de Formación de Cuadros

Vente Falcón