Desde que se originó la exportación del virus chino, muchas naciones enfrentaron grandes dificultades sanitarias, debido a que el sistema de salud de esos países recibió el intespectivo impacto que los llevó al colapso. Naciones de primer mundo, como se les denomina, fueron puestas a prueba por esta terrible pandemia, en referencia a la letalidad de dicho virus, en cuanto a la forma como se transmite.
En orden a lo anterior, distintas organizaciones especializadas en esta áreas de estudios sociales determinaron que dada la complejidad catastrófica por la que está atravesando Venezuela, se pronostica en nuestros país el holocausto del siglo XXI, generando distintas reacciones en la comunidad internacional con mucho más énfasis y preocupación a los países vecinos: Colombia y Brasil, por lo que esto representa en materia sanitaria en la región, asunto que compromete aspectos de gran importancia en lo social y económico.
Así las cosas, ante esta triste realidad, distintas organizaciones y ONGS en materia de ayuda humanitaria desde hace meses han querido establecer un canal de atención para los venezolanos, sin que esto tenga un mayor efecto y respaldo por las autoridades competentes a lo interno del país debido a la diatriba política y la falta de actitud y coraje de la presidencia interina.
Ahora bien, debido a la descomposición que vivimos los venezolanos a lo interno por culpa del régimen criminal, por su parte, este decidió dar un toque de queda nacional denominándolo como «cuarentena», con el solo fin de mantenernos confinados en nuestras casas con la excusa de evitar la propagación del virus chino, cuando en realidad el confinamiento se debe al colapso de los servicios públicos del país, la destrucción de la industria petrolera y la incapacidad de poder refinar combustible para nuestro consumo interno.
En tal sentido, bajo la referida fachada de la cuarentena decretada por la OMS, el régimen pudo -a duras penas- surfear y dilatar la catástrofe que se avecina, lo cual en este corto lapso se permitió maniobrar en una medida muy reservada, engañando a una parte de la comunidad internacional (para quien se quiera decir engañado), haciéndoles creer que tenía todo bajo control con respecto a lo del Covid-19, ya que no se estaban generando los contagios masivamente. Con esto, crearon la falsa ilusión de anunciar que contaban con todo lo necesario para hacerle frente a dicha pandemia, cuando la realidad de lo que estaba sucediendo es que gracias a las sanciones implementadas por el gobierno de los EEUU contra los capos del régimen, el turismo en Venezuela es inexistente, por lo que se imposibilitó la importación del virus por turistas infectados que llegaran al país.
Pero esta realidad no era la misma en países vecinos donde si cuentan con un alto flujo de vuelos comerciales lo que generó que naciones como (Colombia, Brasil, Perú, Ecuador y Chile) por nombrar algunas, tuvieran una alta tasa de contagios por Covid-19.
Ahora bien, como es notorio, es oportuno destacar que desde hace años, millones de nuestros conciudadanos venezolanos se vieron en la obligación de huir hacia estos países por la terrible crisis que estamos padeciendo, siendo oportuno observar que con la llegada del virus chino a estas naciones, muchos de nuestros hermanos venezolanos resultaron contagiados y a raíz que por su carácter de refugiados no contaron con ningún tipo de ayuda médica, debido en gran parte a la ineficiencia de los embajadores venezolanos designados por el gobierno interino de Juan Guaidó en estos países que no hicieron nada para proteger a esa población venezolana vulnerable, con la consecuencia de que muchos de ellos optaron por regresar a nuestra nación.
En consecuencia, se encendieron las alarmas a lo interno del país por el regreso de nuestros hermanos contagiados, lo cual representa un grave peligro por las condiciones paupérrimas en las que vivimos los venezolanos por culpa del régimen criminal.
Jesús Salazar
Coordinador municipal DEM Barinas
@JessEduardoSa10