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Por Williams Perdomo | @WPerdomoD

(Caracas 21.08.2020) Esta semana una noticia nos sorprendió a todos los que creemos en la libertad. La salida de Cayetana Álvarez de Toledo del Partido Popular fue, sin duda, un golpe bajo en la dirección política de España. Pero más allá de eso, fue un golpe para la libertad en todo su sentido.

Cayetana en cada discurso en el Parlamento español enfrentó con valentía y coraje al socialismo y toda la miseria. Fue clara en cada uno de sus planteamiento, no tuvo miedo de hablar con la verdad y eso es poco común en un momento en el que los que hacen daño se hacen las víctimas.

Ella es una voz de libertad que ahora hace más ruido que el que hizo mientras estuvo en el Partido Popular, porque demostró que no se deja silenciar por nadie. Pero su salida también deja una gran reflexión para aquellos que amamos y defendemos la libertad.

Es preocupante que últimamente periodistas son despedidos de medios por cumplir con su deber y no quedarse callados ante la corrupción y el abuso. De igual forma, ha aumentado el número de dirigentes políticos que han renunciado a sus partidos por ser censurados. Y es que un momento en el que mucha gente se ofende, la censura es el arma de los que no les gusta hablar por la calle del medio.

Cayetana representa ambas cosas: es periodista y ejerce la política. Ella es la cara de miles de personas que se mantienen en silencio en algún lugar de poder por temor a terminar como ella. Y sin duda, también es la cara de aquellos que entonces deciden dimitir para evitar controversias.

Pero no nos hemos dado cuenta de que poco a poco hemos ido abandonando los espacios de poder a pesar de que tenemos razón en nuestras ideas. Es verdad que el socialismo mata y destruye. La libertad es la única garantía para la prosperidad del ser humano, pero eso lo decimos en libros o publicaciones importantes y allí es donde están quedando las ideas de libertad: en la intelectualidad.

Entiendo los temores y las razones que nos llevan a alejarnos de la política y de los medios de comunicación para evitar controversias o ataques. Sin duda, se prefiere la intelectualidad porque desde allí nadie te cataloga de defender a los burgueses y nadie te repite que no perteneces a lo que ellos llaman “pueblo”.

La realidad es que los ciudadanos saben que las ideas de libertad son las que funcionan, pero no lo asimilamos. Somos más como ese «pueblo» de lo que pensamos. Eso lo sé porque en cada discurso de Cayetana Álvarez de Toledo, mi familia en España recordaba el por qué mi abuelo luchó contra el franquismo. Y no, no importaba que el señor Pablo Iglesias usará su cargo de “marquesa” como algo malo, o que dijera que es una niña rica. Al final tanto yo como mi familia entendemos que voces como la de ella fueron las que llevaron a España a su mejor momento luego de la peor dictadura.

Sin duda, su lucha por desenmascarar al socialismo en su mentira de que son la salvación al mundo es mi misma lucha y por eso es que su decisión me hizo reflexionar. Es hora de que los que amamos la libertad, la defendamos. Pero no solo desde la intelectualidad sino también desde los factores de poder.

Gracias Cayetana Álvarez. Sé que, aunque tu decisión por los momentos es la lucha ideológica, pronto llevarás tu voz de nuevo a la política. Mientras tanto, los jóvenes que amamos la libertad seguiremos luchando por mantener nuestra voz y tratando de conquistar el poder para recordar que lo hicimos por inspiraciones como tú.