La justicia como valor tiene, dentro del contexto universal de los derechos del ciudadano, un lugar preeminente e insustituible para el desarrollo de la actividad humana. Solo así se garantiza la paz y la estabilidad de cualquier sistema democrático de libertades.
Aquí en Venezuela, un país dirigido por un régimen autocrático, este valor no tiene la importancia mencionada o en todo caso, nada importa, y es concebido de esa forma, ya que en ausencia de la aplicación y funcionamiento de la justicia, reina la anarquía, situación que consolida a este tipo de regímenes.
Tal es el caso, mis queridos ciudadanos venezolanos, que el sistema judicial venezolano, con motivo de la cuarentena decretada por el régimen, desde hace ya cinco meses está paralizado, y no se ha dignado en poner en funcionamiento el sistema judicial ordinario. No es posible que se hayan reactivado el funcionamiento de diversas actividades en el país, y la administración de justicia siga todavía en cuarentena radical, paralizada; no es posible, que para el régimen, sin restarle importancia a ninguna de las actividades reactivadas, porque de ellas también se alimenta el aparato productivo nacional y más importante aún, se alimentan familias, entren en funcionamiento hasta las peluquerías, y la actividad judicial no se reactive.
Esto es una prueba más que a este régimen criminal la justicia lo tiene sin cuidado, nada le importa, ya que en ausencia de ella, impera el brazo ejecutor del sistema de mafias que al margen de la ley, todo lo puede. Ojalá en cualquier momento se recuerden que existe un poder judicial que en el papel existe y que debe funcionar, y más importante aún, que existen justiciables en el país que necesitan que dicho poder se reactive y recibir la justicia a la que constitucionalmente tenemos derecho.
Abogado Manuel Díaz
Coordinador de Vente Venezuela en el municipio Palavecino del estado Lara