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Hace poco una amiga me comentó que, en Venezuela, los venezolanos cumplimos horarios de oficina. Eran ya horas de la noche y sin darnos cuenta ya teníamos un nerviosismo, ese sobresalto que te produce la constante sensación de peligro, que, en Venezuela, te acompaña a todas partes.

La Tierra de Gracia con la que Colón apodó a Venezuela hace más de 5 siglos, es hoy una tierra arrasada por criminales.

Y es que, estamos cumpliendo horarios, vivimos en un toque de queda constante, en una guerra no convencional. Lo asumas o no, lo sepas o no, vivimos bajo una constante amenaza, si, Venezuela es tierra arrasada.

El país es irreconocible por donde lo mires, no hay un solo rincón que escape al efecto corrosivo del socialismo del S.XXI. Un conglomerado criminal que se apropió de nuestro territorio, de nuestra soberanía y de nuestro Estado y que acabó con todo, desde nuestras riquezas, el petróleo, El Oro, gran cantidad de minerales, acabando con la industria y la empresa privada con el salvaje grito de “exprópiese” hasta acabar también con nuestras instituciones y el Estado de Derecho sometiendo a la ciudadanía a controles totalitarios que solo han traído miseria y hambre. Consecuencia de esto, hoy Venezuela es el segundo país más pobre de América Latina. (Datos ENCOVI 2020).

Este sistema criminal ha dejado una tierra arrasada y nosotros tenemos la responsabilidad y la oportunidad de transformarla. Es un desafío histórico.

Esta transformación no solo involucra a las instituciones y al Estado, sino también a la ciudadanía, y para ello es necesario romper con los vicios y los fenómenos que nos trajeron a este cataclismo. Dejar atrás esa visión del país construida en la “viveza criolla”, del “¿cuánto hay pa´ eso?”, de la corrupción que se asimila como necesaria, del “este robó, pero por lo menos hizo algo”. Vicios basados en la corrupción moral, la mentira y el abuso de poder. Vicios que nos trajeron hasta donde hoy estamos y que con responsabilidad, debemos dejar atrás.

Es inminente la salida de las mafias del poder, necesario es sentar nuevamente las bases de la República con principios morales donde tú, el ciudadano, seas realmente el centro y el Estado esté por debajo de ti.

Jamás hemos tenido un episodio de esta magnitud, nunca en más de 200 años de historia republicana hemos tenido una oportunidad tan trascendental como esta, de transformar a Venezuela desde la raíz. Con suma responsabilidad y con nuestras capacidades lo vamos a lograr. El desafío es ineludible, es una oportunidad de oro, nuestra oportunidad de oro y no vamos a desperdiciarla.

José Ricardo Quijada
Coordinador de Comunicaciones de Vente Venezuela en el estado Guárico.
@josequijadar