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Aquella tarde llegué ventilado por los esteros al amplio patio de la casa de Bertha, en el sector Doña Bárbara, en Camaguán. Con una sonrisa suscitada por las palmeras, el sol recio y la nutrida concurrencia, iba saludando a todos. Esa sonrisa era correspondida con otra por las personas que ya conocía; los otros, a los que primera vez veía, se mostraban reservados aún, pero con la gentileza de la que ningún llanero puede desprenderse. Todos por igual estaban a la espera de qué era eso “diferente” que yo, un político, iba a contarles.

Eso fue hace ya dos años, cuando comenzamos “La ruta del casabe liberal”. Es una iniciativa con la que en Vente Venezuela en Guárico nos hemos propuesto promover nuestras ideas y formar a nuestros afiliados y simpatizantes en temas medulares de política, economía y gestión pública.

La presentación que llevaba preparada aquella tarde para la primera edición –o “parada”, como llamamos realmente a cada actividad en el marco de “El casabe liberal”- era sobre los principales paradigmas de la gestión pública. Mis prejuicios –esos que después fui superando con la experiencia y el conocimiento de nuestro particular gentilicio- me tenían convencido de que hablarle de gestión pública, a un público “no calificado” podía ser complicado y hasta un desastre inolvidable.

Le unté guasacaca de mango verde a un pedazo de casabe, que estaba puesto al lado de unos cuadritos de queso, y lo saboreé. Así me conecté con eso que somos: llano, éxito, del tamaño del compromiso que se nos presenta. Y comencé a desarrollar mis puntos: conceptos, primer paradigma, segundo paradigma, tercer paradigma…; experiencias en el mundo. Los asistentes intervenían con cada vez mayor frecuencia; todo lo llevaban con tremenda capacidad intelectual a su vida, en Camaguán, en Guárico. Y, al terminar, en los comentarios finales, José se puso de pie y me dijo estas palabras, con tono humilde y donoso, hechas melodía con el garrir de las guacamayas, que ya empezaban a volar libres en el cielo para despedir aquella tarde: “Mire, amigo, yo jamás pensé que de un partido político me fueran a hablar a mí de estos temas. Me siento respetado”.

Desde ese momento mi visión política y mi vida cambiaron porque se derrumbó un muro de prejuicios que eran de mi propiedad y porque, además, me quedó muy claro uno de los roles que los políticos debemos jugar en la Venezuela de hoy, que es muy distinto a los roles de los políticos de la década pasada. Uno de nuestros roles más importantes hoy, como políticos, es formar, mostrar caminos nuevos, enseñar, guiar a la gente que lo necesita y que lo requiere. Nuestro rol es liderar.

Con esa misma presentación, sobre paradigmas de la gestión pública, he seguido yendo a otros sitios del estado Guárico y del país. Durante y después de cada ponencia -con el interés y la emoción que los asistentes me han mostrado siempre por acceder a nuevos conocimientos, vitales para su ejercicio ciudadano y para su rol político- he confirmado ese rol modelador que la política debe tener hoy.

Ese es un mandato ciudadano, cuya existencia he comprobado con esa misma presentación –y tantas otras cosas-, en encuentros nacionales del partido; en actividades con jóvenes de otras organizaciones políticas de Guárico; en el estado Portuguesa; en el diario El Nacional y, más recientemente, en un forochat vía Whatsapp organizado por la coordinación nacional de Asociaciones Ciudadanas de Vente Venezuela, después del cual todavía sigo recibiendo mensajes como el de José y tantas solicitudes de bibliografía y opiniones.

Después de tanto tiempo viviendo esta satisfacción de encender el interés de personas de distintas formaciones, edades, ideologías políticas, localidades e intereses, he decidido crear esta serie de artículos, llamada “Nuevos caminos”. Porque he descubierto que, independientemente de sus características, los ciudadanos de mi estado y de mi país sí son un público calificado.

En esta serie iré compartiendo el contenido de esa presentación: qué es gestión pública y qué no, cuáles han sido los principales paradigmas que han surgido y se han experimentado en el mundo y la experiencia de gestión pública en Venezuela.

Con todo esto pretendo poner al servicio de todos, a través de #VeintePuntos, estos contenidos que han desatado un interés que ya hoy no me sorprende. Esta serie, así como la presentación que la sustenta, se nutre de las clases estructuradas por mi profesora de Análisis y Gestión Avanzada de Políticas Públicas en el máster de Gobierno, Liderazgo y Gestión Pública del Instituto Atlántico de Gobierno, la muy querida holandesa Anne-Marie Reynaers; por cuya profundidad e inteligencia estaré siempre agradecido.

Nuevos caminos son los que hoy debemos mostrarles los políticos a nuestros conciudadanos; después de haber transitado por derroteros de atraso, de prejuicios, de subestimación y de socialismo. Son esos nuevos caminos que comencé a andar desde aquella tarde en Camaguán.

Continúa en parte 2: La gestión pública que queremos.