Los desafíos que atraviesa Venezuela son bastantes agotadores, para superarlo sólo se necesita algo de voluntad y ganas de trabajar. Quizás para muchos políticos estos problemas fueron inimaginables en su momento, fue poco previsible lo que se avecinaba a partir de 1998. Aunque la Venezuela de antes ya había vivido momentos muy duros en los ámbitos políticos, económicos y sociales, donde se requería generar cambios significativos. La sociedad para el momento creía haber conseguido una oportunidad de cambio para solucionar todo lo que habían generado los gobiernos de la social democracia (1958-1998), en la que sólo salió favorecido un sector, así es, el sector revolucionario, populista y más estafador en la historia de la República, hoy conocido como el chavismo.
El chavismo significó un atraso sin precedentes y ya no hace falta contarlo porque ya lo sabemos, lo vivimos en carne propia. En sus inicios habían clases sociales acomodadas, los ciudadanos laboraban y les alcanzaba para comer, hoy sólo existen dos que se dividen en Venezuela; la clase privilegiada y delincuencial que usurpa el poder desde el palacio presidencial, y el sector de los venezolanos decentes, la ciudadanía, la más importante pero empobrecida, porque al menos un 86% de la población vive en pobreza extrema, todos sobreviviendo en las mazmorras de lo que ha ocasionado un sistema, -El socialismo-.
El socialismo es un sistema empobrecedor, primero te envuelven con el mensaje bonito donde todo es un paraíso, pero la gran realidad es que su pretensión es abolir las clases sociales, obligarnos a vivir en Igualdad y en miseria, es decir, si yo soy pobre, tú también, no existe posibilidad de superación. En la actualidad, sólo existe una clase privilegiada que sale y entra de Venezuela para hacer sus negocios sucios, los mismos que mantienen el ejercicio y el control absoluto de todos los poderes, mientras tanto las necesidades de la ciudadanía sólo están obligadas a ser respondidas por «papá Estado».
Y eso que aún no he mencionado que bajo el imperio de la ley sólo se utiliza el poder absoluto y totalitario con la finalidad de darles tregua a los narcotraficantes, al terrorismo y a la guerra. Dónde el día a día para la gente es un caos generado, nos tenemos que resolver para sobrevivir en medio de políticas de control sobre la economía, llámese control de precios, las expropiaciones de propiedad, la destrucción de la industria y todo aquello que signifique «productividad». Entonces, ¿Cómo vamos a superar todo esto? No es fácil, pero sí comprensible y necesario siempre, con Capitalismo, con libre desarrollo, o libre economía podemos salir adelante.
El libre desarrollo o capitalismo, es el único sistema que ha dado a un país verdadero crecimiento y progreso económico, esto ha dado a la sociedad mayor bienestar y calidad de vida, gracias a un recurso tan importante como lo es el mismo «individuo»; el ciudadano a través del trabajo, de su inteligencia, la creatividad y la inventiva es capaz de generar riquezas, cambios significativos para mejorar y progresar en todos los ámbitos que incluyen en la búsqueda de satisfacer sus necesidades o los servicios básicos que son necesarios para la sobrevivencia. El hombre es quien ha dado grandes aportes importantes en la medicina, en la educación, en la tecnología, en la robótica y en la industria productiva, todos estos trascienden de una ideología, porque simplemente se trata de hacer, crear, producir y evolucionar. Pero primero lo primero, a Venezuela hay que liberarla.
María Corina y Vente Venezuela luchan de manera incansable todos los días, llevando el mensaje de libertad y así se organizan a lo largo y ancho de todo el país para lograr llegar al poder y propiciar un sistema de libre desarrollo. Su actual propuesta es la OPE (Operación de Paz y Estabilización), un conjunto de acciones que no sólo significa alinear las fuerzas ciudadanas, institucionales e internacional para despojar a las mafias y sus tentáculos criminales en el poder.
La OPE también es una propuesta que busca solucionar los problemas en el corto plazo de los venezolanos, y una vez que se establezca un verdadero gobierno de transición, podamos ir a unas elecciones libres y generales con un CNE confiable que respete el proceso, y las oportunidades a elegir estén garantizadas. No le vamos a dar tregua ni a falsas elecciones, ni a otro falso diálogo que sólo prolongue la tragedia. Sólo vamos a estar de acuerdo cuando haya una verdadera negociación y quiénes estén al frente de ello sean lo suficientemente confiable como para saber que Venezuela será libre.