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Partido liberal realiza forochat “Situación de la agricultura en Venezuela y perspectivas”

El productor agrícola y apicultor Pedro Carvajal expone una sucinta reseña histórica de la agroproducción en Venezuela, así como un diagnóstico actualizado del tema. En ello basa sus propuestas para una Venezuela libre

(Caracas. 28/07/2020) Vente Venezuela realiza el forochat “Situación de la agricultura en Venezuela y perspectivas”, presentado por el productor agrícola y apicultor Pedro Carvajal. En el marco del encuentro virtual, vía Whatssap, se discute el necesario plan de emergencia nacional en materia de agroproducción, que, a juicio del partido, debe implementarse en el país posterior a la Transición.

Carvajal, quien es miembro de la Federación de Apicultores y ha ejercido funciones públicas en el estado Carabobo en materia de desarrollo económico, comercio y agricultura, detalla que el plan de emergencia en agroproducción debe garantizar la propiedad privada y personal de cada uno de los productores del campo, así como la seguridad jurídica.

Esto, en trabajo mancomunado entre el Estado, el sector privado y organizaciones internacionales; cada uno con sus objetivos e intereses definidos. Ello, en un contexto país signado por transformaciones, no solo económicas, sino también culturales, en las que el productor y el ciudadano del campo –y no el Estado- sea el centro de la gerencia en el ámbito.

“Se tendrán que realizar, implementar, planes de siembra de 75, 90 y 120 días. Por eso hay que hacer un plan de emergencia de los primeros 120 días, que es la rapidez que necesita el país de los principales rubros alimenticios”, dice, basado, tanto en un sucinto recuento histórico como un diagnóstico actual de la producción agrícola en el país.

 

Breve recuento histórico de la producción agrícola en Venezuela

Carvajal reseña que hasta los años 60 del siglo XX, aproximadamente, el modelo de agroproducción en Venezuela era “bien interesante”, porque el país “vivía prácticamente de la producción del agro”. Los principales rubros eran el cacao, el café y el ganado. El café, específicamente, de acuerdo con cifras manejadas por el especialista, abarcaba 80% de la exportación del país hasta entonces. De 1920 a 1959 Venezuela tuvo ingresos de 139 millones “de los de antes” por agroproducción.

Las tierras, hasta ese momento –continúa explicando Carvajal-, estaban en manos de grandes terratenientes, pues el país venía de la posguerra. Actores internacionales que comenzaron a entrar al país para explotar los minerales vieron “el futuro que tenía Venezuela en el ámbito de agroproducción, por la calidad y el tipo de clima de este país”. No deja de mencionar, en ese sentido, el clima tropical venezolano, que le da notorias ventajas comparativas para producir la tierra.

Con la explotación petrolera y los grandes réditos económicos que esta comenzó a dejar en el país, el tema agroproducción perdió prioridad y ya dejó de estar en el primer renglón de la economía nacional. Aun con la creación, en 1928, del Banco Agrícola y Pecuario, el auge del petróleo fue tal que la mano de obra abandonó los campos agrícolas para irse a los campos petroleros. Y es lo que dio inicio –ubica Carvajal- a la “época de bonanza”.

El especialista comenta que esta época de bonanza se caracterizó, entre otras cosas, porque trajo como consecuencia el desarrollo de “una agricultura de puertos” (importaciones de productos agrícolas), apalancada en las grandes ganancias del mundo petrolero. “Nuestra agricultura de puertos para los gobiernos de turno y el [régimen] actual es más importante y más beneficioso […] porque eso deja divisas en la aduana, por no hablar de otros temas”, comenta en ese sentido.

Esa agricultura de puertos nos trajo como consecuencia el olvido del sector agrícola. Golpeados estamos todos los productores”, dice también. No deja de mencionar las implicaciones que la actual pandemia del coronavirus ha tenido para los productores del campo, aunado a la escasez de gasolina. Señala que en el país ha habido un “desastre gerencial” en la materia, lo que ha traído como consecuencia la quiebra del sector y hambre para los ciudadanos.

 

Contexto actual del tema agroproducción y consecuencias de su “desastre gerencial”

“¿Por qué, teniendo un tipo de tierra de clases A, B y C; franco arcillosas; arcillosas, alcalinas; negras; la producción agrícola está tan decaída? ¿Por qué, si tenemos un clima tropical envidiable para cualquier país del mundo y definidas las estaciones de siembra (seis meses de lluvia y seis meses de sequía), está así el mundo de la agroproducción?”, se pregunta Carvajal. La falta de políticas y de gerencia en el tema y la caída de los precios del barril de petróleo son algunas de las respuestas.

“Se ha incrementado una política populista, que no es nueva”, añade. Y cataloga de “condena” a los productores del campo el impedimento que estos padecen, desde hace varios años, de no acceder libremente a los recursos y a los capitales necesarios para hacer su trabajo: maquinarias, fertilizantes, insecticidas, fungicidas, semillas, etc.

Las confiscaciones también han incidido de manera negativa. A la fecha, de acuerdo con la ponencia de Carvajal, son más de 3 millones las hectáreas confiscadas en Venezuela. Hoy “en esas mismas tierras que se expropiaron, lo que se encuentran son algunas matas de yuca, algunas matas de maíz, algunas gallinas”. También destaca las confiscaciones de empresas distribuidoras de insumos (vacunas, semillas, maquinarias, etc.), que eran un soporte para los pequeños productores.

Asimismo, la inseguridad en el área rural es otro “tema bien delicado”, como lo cataloga el especialista. Los productores han debido reducir sus horas de trabajo en el campo debido a esto. Además, la inseguridad jurídica, expresada en las mismas confiscaciones, han ahuyentado las inversiones y traído, como consecuencia, la debacle en el área.

Otras áreas y otros ámbitos, que también han mermado, inciden de manera directa en el desarrollo agrícola del país. En ese sentido, Carvajal menciona falta de inversión en la electrificación de vastas zonas del país, la destrucción de la vialidad y de acueductos y pozos. También la maquinaria y los equipos agrícolas se han deteriorado por la escasez de repuestos para vehículos. Todo, motivado a la escasez de divisas, que tampoco permite importar los insumos básicos.

Del mismo modo, Pedro Carvajal refiere que la educación y la investigación científica en materia de agro se ha visto muy afectada, “con la destrucción de laboratorios, donde había programas de extensiones y capacitaciones, que le llevaban los técnicos al campo. Eso desapareció”. Refiere, asimismo, la migración del personal docente de las escuelas rurales y la falta de alimentación en los estudiantes.

Todo esto ha ocasionado la merma en la producción. Refiriéndose a cifras de organismos como la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) y la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), dice que la agroproducción nacional abastecerá solo a 20% de la población este año 2020.

En cuanto a ello, Carvajal destaca también el maquillaje de cifras por parte del régimen y, en otros casos, el anuncio de números muy inferiores a la capacidad productiva. Como ejemplo, menciona que el promedio nacional de producción de caraota llega hasta los 600 kilos por hectárea y sostiene que, con tecnología y con insumos suficientes, podrían producirse 1.200 a 1.300 kilos por hectárea.

Por último, el experto agrícola refiere que la capacitación técnica y profesional en los organismos del Estado es escasa, cuestión que también influye en que los productores que necesitan asesoría técnica no la tengan. “La planificación territorial es obsoleta totalmente, desde hace mucho tiempo no se sienta el sector político con el sector rural. Hay que volver a hacer nuevos planos y esa data está desfasada en estos momentos”, menciona, como antesala a algunas propuestas.

Propuestas

Desde el día D el enfoque del tema agroproducción debe basarse ´-a juicio de Pedro Carvajal- en la producción de alimentos de ciclos cortos. Es lo que se llama el plan de emergencia en materia de agroproducción, que debe garantizar –sigue planteando- la propiedad privada y personal de los productores agrícolas para cumplir con los planes de siembra de 75, 90 y 120 días. Esa es “la rapidez que necesita el país de los principales rubros alimenticios”, plantea.

Para ello, propone la realización de un censo agrícola nacional, cuyos resultados arrojen quiénes están en los sectores rurales del país, la cantidad de tierra que se está produciendo y el pronóstico de lo que se puede producir.

“Se debe empezar a trabajar en los mejores vientres genéticos de ganadería de leche, de ganadería de carne. Hay que impulsar rápidamente la producción de aves de corral y los huevos; para ello, con voluntad y decisión, solicitar el apoyo financiero a organismos internacionales”, señala y menciona, entre ellos, a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Insiste en que deben crearse convenios multilaterales, con planes de negocio que reactiven el aparato productivo, la infraestructura de servicios, la vialidad, la electrificación y los sistemas de riego. Todo esto, para generar las condiciones necesarias para producir en el país con el cabal aprovechamiento de los recursos.

Reactivar centrales azucareras, implementar planes de renovación y plantaciones nuevas de café y cacao, impulsar la pesca artesanal y actividades como la laguna de cachamas y tilapias, diseñar y ejecutar un plan de contingencia para la producción de cereales, firmar y ejecutar convenios internacionales en materia de asesoría técnica e implementar una materia agrícola en el pensum de estudios de las escuelas de los sectores rurales son otras iniciativas sugeridas por Carvajal.

Por último y en alusión a la conexión del tema agroproductivo con otros del área de la economía y finanzas en la nueva Venezuela, Pedro Carvajal señala el desarrollo de proyectos “agroturísticos”, con la participación y el aporte activos de productores del campo, emprendedores, universidades y centros de investigación.

“Tenemos un reto por delante, tenemos un gran país que espera por cada uno de nosotros. Tenemos que garantizar la producción sustentable a nuestras nuevas generaciones”, dice para culminar.