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Inmuebles en Venezuela se venden entre 40 y 60% de su valor real, situación que se agrava con la pandemia

 

El dirigente de Vente Venezuela, Carlos Széplaki, afirma que Ley de Inquilinato fue «derogada por los mismos ciudadanos» por estar desfasada de la realidad

(Maturín, 23/07/2020) «El socialismo devastó el mercado inmobiliario y de la construcción en Venezuela. Parece que hoy solo pueden construir los enchufados», así lo dijo este jueves el Secretario Político del partido Vente Venezuela en el estado Monagas, Carlos Alfredo Széplaki, a través de su cuenta en Twitter (@CarlosSzeplaki).

Aseguró que el sistema criminal ha generado desconfianza en las inmobiliarias y constructores, «a muchos los llevó a la quiebra, dejando obras a medias». Szeplaki, hizo referencia a que la Ley de Inquilinato eliminó el incentivo para edificar viviendas para alquiler, que a su juicio «está paralizado por la regulación de precios».

Para el también agente inmobiliario, «existe un repunte [en los alquileres], la ley fue derogada por los mismos ciudadanos, está desfasada de la realidad, ya se ven alquileres entre 70$, 150$, dependiendo del tipo de vivienda».

El líder del partido liberal en la entidad monaguense, señaló que la huida de los venezolanos a otros países ha generado una disminución en la demanda y una sobreoferta en el mercado: «inmuebles valorados en $50mil se venden en $10mil e incluso hasta menos», y añadió que a la grave crisis generada por el socialismo se le suma el Covid-19.

“Ya antes de la pandemia se estaban vendiendo entre un 40 y 60% por debajo de su precio y eso se está acentuando más, pudiendo llegar a un 80% menos del costo real. Los venezolanos vemos como nuestro patrimonio cada vez menos», dijo.

En cuanto al tema de la construcción, Szeplaki espresó que «el incentivo del primer mercado se pierde en absoluto, porque si a un constructor le sale el metro cuadrado en $650 para una tipología de vivienda, tiene que venderlo un 70% menos una vez que esté listo», finalmente expresó que «la construcción perdió sentido, nadie trabaja para perder».