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Sin ser muy docto en la materia, hoy intentaré hacer un sencillo análisis de manera muy discreta al problema que en el lenguaje, el ser humano ha dado en llamar “relatividad”.

Para creyentes y quienes sean escépticos, cierto es que todo tiene un principio y así mismo tiene su hora y momento de finalizar. Un tema muy extenso para reflexionar y filosofar. Por supuesto que cada quien tiene su propio cristal para valorar hechos de la historia y observar la realidad actual.

Alfa y omega, dos términos que en alfabeto griego, indican en el arcano tiempo un principio y un final… Y mientras tanto en el intermedio son muchos los pareceres y los casos en que el “humano vano” prefiere apegarse a lo que ha denominado, con eufemismos o sin ellos: “media verdad”. Pareciese que nada es absoluto, que en todo priva la relatividad.

Escribo este corto análisis recordando una simpática historia a manera de moraleja entre la señora mentira y la señora verdad, del día en que nadando en un cristalino lago, la mentira se salió con las suyas vistiendo el ropaje de la verdad, y ella, para no andar disfrazada con ropas ajenas, prefirió salir desnuda, sin prejuicios, ni miedo a la moral.

Lo resumo en esta frase: Qué terrible paradoja es la relatividad; mientras la mentira viste las mejores galas con oropeles de tela material, la verdad anda a todas luces desnuda por el medio del camino real, con la justicia llena de prejuicios, persiguiéndola y queriéndola encarcelar.

La relatividad es una terrible paradoja, en razón que nadie puede erigirse como juez omnipotente, omnisapiente para determinar lo que es sin lugar a dudas mentira o verdad. Es decir, cabe preguntarnos, ¿cuál tiene más validez, mi verdad, o tu verdad? ¿Quién es dueño absoluto y soberano de la verdad?

Caemos en una especie de truco- trampa o de círculo vicioso y laberinto de lo que es la moral, y la semejanza de lo que es la verdad en el contexto de una dinámica y cambiante realidad social. De allí que ocurra muy a menudo, el malvado arropándose con los créditos que por justicia le corresponden a quienes obran con bondad, y viceversa, los bondadosos enlodados con las dañinas acciones de quienes gustan del oprobio y la oscuridad. 

Tal vez sea una utopía que también nos impone el arcano tiempo y su relatividad, tal vez sea fantasía el soñar que algún día el bien se impondrá sobre el mal, de tal forma que podamos vivir en una eterna armonía y paz universal.

Se me ocurre finalizar diciendo, la relatividad no es otra cosa que la eterna pugna del bien contra el mal. Eso no quiere decir que seamos escépticos, ni que debemos abandonar el camino recto que nos permita obrar de manera bondadosa y al menos intentar trascender, dejando un buen ejemplo sobre lo que significa la tenacidad.

Dice una frase muy aleccionadora: “Si el vivaracho supiese la ventaja que tiene ser honesto, sería honesto por pura viveza.”

“Los límites de mi creatividad”
Hay paradigmas de paradigmas
que nos hacen errar o equivocar,
el tiempo pasa causando efectos
crecemos con gran versatilidad,
la vida no es un estanque quieto
al menos el viento lo ha de agitar,
el escritor y poeta Oscar Wilde
ya lo expresó hace siglos atrás,
y cito:

“Definirse es limitarse”,
desdeño límites a mi creatividad
no creo en la absoluta inercia,
hay reacción hasta en el respirar,
mis límites son un bello arco iris
que esperanza me ha de inspirar,
el volar siempre más y más lejos
de definiciones de oquedad.

Colofón: Para quienes desdeñen la relativa lección y aprendizaje que pudiese dejar el artículo que acabo de desarrollar, les obsequio con una aleccionadora cita del padre de la teoría de la relatividad:

«Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas». – Albert Einstein

Hermes Varillas Labrador

@tonypotosino

Coord. municipal de Formación de cuadros en Alberto Arvelo Torrealba (Sabaneta de Barinas)