(Estados Unidos. 30/06/2020) Venezuela, un país a la deriva cuyas riendas son llevadas ilegítimamente por un Estado Criminal, disfrazado ante los ojos internacionales bajo una nube de democracia inexistente, es uno de los países en los actuales momentos con más presos políticos en el continente americano, cuyos delitos, según apreciación del régimen, giran todos en torno y relacionados directamente con delitos de traición a la patria, presos políticos mantenidos en condiciones infrahumanas inimaginables, bajo constante tortura física y psicológica, algunos de ellos encarcelados injustamente desde el año 2002.
En Venezuela existen par el día 22 de junio de 2020, según cifras del Foro Penal Venezolano, 424 presos políticos cuya mayor concentración está en el Distrito Capital y Carabobo con 107 y 65 presos respectivamente.
Todos injustamente apresados con una sola intención: Borrarlos de la vida política y social, y a su vez, fundar un estado de terror para los que se atrevan a ser un obstáculo o amenaza para el régimen, aquellos que con su proceder puedan ser un ente potenciador de desestabilización de sus planes maléficos.
El régimen no tiene límites. No existe edad ni condición. Los “targets” políticos, para detenciones arbitrarias y enjuiciamientos criminales, van desde activistas políticos y defensores sociales, hasta niños, adolescentes e inclusive personas con condiciones mentales especiales detenidos en protestas o simplemente en cualquier lugar y situación, bajo la premisa inventada de conspiración. Demostrándose así que Venezuela está en manos de criminales inescrupuloso cuyos intereses están por encima de cualquier creencia, convencionalismo, leyes internas y leyes internacionales que fundamentan y protegen los Derechos Humanos fundamentales esenciales e inalienables inherentes a cada individuo.
Venezuela paso de ser la Tierra de las oportunidades y las libertades a ser la tierra de la opresión y represión.
Juan Tesorero