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En el año 2017 marcamos una ruptura con el engaño, dijimos ya no más; en varias oportunidades, nos uníamos a propuestas que tenían como objetivo la salida o cambio de sistema, lo intentamos muchas veces, apegados a la Constitución y fueron anuladas por cualquiera de las instancias que tiene bajo su poder el régimen.

Fue así que, convencidos de que, si lográbamos conformar un mecanismo legítimo, con carácter vinculante y que fuera el ciudadano quien lo llevara a cabo, obtendríamos lo necesario para construir una salida, llegamos al plebiscito del 16 de julio del 2017, cuyos resultados fueron una muestra clara de la capacidad, valentía y coraje que el pueblo venezolano tiene para salir de este ecosistema criminal. Allí pudimos ver como más de 7 millones de personas, venciendo el miedo, persecución e incluso haciendo un trabajo de camuflaje tenían la certeza de superar las barreras de las instituciones sometidas.

Pero luego, tristemente teníamos que enfrentar el verdadero problema que nos ha sumergido en estas desgracias por más de 20 años, una clase política corrupta y sin principios, en gran parte. Durante años fuimos inocentes de astutas maniobras que amparadas bajo el lema <<eso es política, hay que mantenernos unidos, somos demócratas, nuestra única arma es el voto, hay que votar por el menos malo, el régimen no tiene pueblo>>, etc., fueron haciendo que los años pasaran y en cada pelea perdida la desesperación, la rabia, la impotencia iban haciendo su morada en nuestro día a día. Más personas, familias y amigos hacían sus maletas para probar otras tierras.

Pero en 2017 tuvimos la primera ruptura, Vente Venezuela se levantó y dijo: ¡ya no más! Y un grupo de hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, salimos a hacer un trabajo de envergadura, algo jamás imaginable en la política venezolana, los números no eran favorables, todos los partidos, menos uno, se fueron a unas elecciones convocadas por la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, que había quedado desconocida por los más de 7 millones de personas que habían participado en el Plebiscito. Salimos con la verdad en una mano y la coherencia en la otra, con la confianza y la convicción que nuestro objetivo es la libertad, no más títulos vacíos de poder y llenos de sufrimiento de personas inocentes. Educamos al ciudadano en cuanto a política, a leyes, Constitución, coherencia y sobre todo a medir las consecuencias de lo que nos ofrecen, por muy bonito que se escucha siempre debemos ver cuál es el costo para llevarlo a cabo.

Vivimos escenarios escalofriantes de diputados de la AN disputándose las candidaturas de gobernaciones, dejando su curul por una Gobernación; partidos que siendo adversos comenzaron a apoyarse solo por obtener una Alcaldía o Gobernación, e incluso, nos dejaron ver el rostro verdadero de la tiranía, cuando en algunos lugares los candidatos ganando la contienda el CNE les entregaba esos cargos a quién ellos les convenía; así transcurrió un año y medio. Lo que si era evidente es que entre más elecciones había menos electores asistían, porque quedaban al descubierto las malas costuras de la ficticia democracia que pregonaban; llegó el momento justo cuando la comunidad internacional le puso el cascabel al gato, dando un ultimátum a Maduro donde hasta el 10 de enero del 2019, fecha en el cual se acababa su período presidencial, quedando así un vacío de poder dando paso al artículo 233, que reza, el presidente de la Asamblea Nacional queda como presidente encargado, fue así que comenzamos de nuevo una Ruta del Coraje, porque es lo que se necesita para llevarla a cabo; desde entonces se activaron todos los mecanismos necesarios para empujar esa ruta al éxito, pero al igual que en el 2017, los mismos personajes con otro nombre y eslogan quieren desviar la ruta con el descaro de elecciones, acuerdos y los mismos chanchullos con los que siempre han dado oxígeno a esta desgracia que vivimos. Sin mencionar una serie de errores y malas acciones que nos ha llevado año y medio más de miseria, muerte y hambre. Nos toca nuevamente desligarnos y trabajar en una línea de acción con argumentos y planteamientos para lograr el objetivo.

Ya las mentiras quedaron al descubierto, eso de no ceder espacios, ¿cuáles?, que no podemos perder la única instancia democrática que nos queda, la AN,  ¿cuál es esa?, ¿la que sufrió una implosión por los mismos que permitieron el ingreso de quienes habían perdido su curul? O hablamos de los diputados que dieron un golpe el 5 de enero y nombraron otra directiva.  Aquí lo que si no podemos perder es la verdad y la coherencia, lo que hemos logrado hasta ahora no fue precisamente por ser partícipe de unas elecciones ilegítimas, llenas de trampas y excesos, para ir a elecciones primero debemos ser libres.

Que les quede claro, que aquí nadie se decepciona, nadie llora y mucho menos nos damos por vencido, ya aprendimos quién es quién y tenemos puesta nuestra esperanza primeramente en Dios y esperamos por quien le ponga el cascabel al gato, lograremos el anhelo de todos los venezolanos, la libertad, y esta vez la obtendremos, ¡estamos listos!