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La Universidad venezolana ha sido destruida en los últimos 20 años, ha sido una política del Estado: recortar el presupuesto, perseguir a sus estudiantes, profesores y autoridades que se opongan al régimen, buscar la forma de controlar los sistemas de ingresos, obligar al contrato de trabajadores afines al partido oficialista, y cercarla con sus grupos criminales y mafiosos, conocidos como colectivos y bandas, quienes se han encargado de destrozar y desmantelar la infraestructura, además de implementar esa lógica que solo sistemas perversos la contemplan, aquella que se permite aniquilar por completo al adversario, esa lógica de demostrar poder, que en nuestras Universidades ha llegado a la quema de las instalaciones de una Biblioteca en la Universidad de Oriente (UDO) núcleo Sucre, el pasado 1 de junio.

A lo largo y ancho de Venezuela, contamos con 5 universidades autónomas, y muchas experimentales y privadas, ninguna ha escapado a esa política del Estado. Las autónomas podríamos pensar que son las más afectadas, entre ellas, la Universidad de Oriente puede destacar, lamentablemente por la forma que han sido destruidos sus núcleos y extensiones en todos los sentidos. 

Las experimentales dependen en gran medida de los recursos del Estado, y tomando en cuenta la política desarrollada, han sido desmanteladas, a menos que sus autoridades hayan bajado la cabeza y permitido el control total por parte del régimen. Las privadas, son cada vez menos accesibles para los jóvenes que podían sustentar su educación, debido a los altos costos que la hiperinflación ha obligado a tener. En resumen, vemos como ninguna universidad ha escapado a la destrucción socialista, y como cada joven se le ha vulnerado su derecho a la educación, sea de forma pública o privada el régimen no lo permite.

En pleno 2020, en medio de una pandemia que hizo replantearse al mundo entero muchas cosas, entre esas, la educación superior y su capacidad de reinventarse de manera digital, Venezuela se encuentra en los últimos puestos de conectividad a internet en el mundo, además de la emergencia humanitaria compleja que atravesamos, donde ningún servicio básico se encuentra en condiciones para tener a los ciudadanos en sus casas por meses resguardándose. 

Ahora bien, ¿Qué nos queda a los universitarios? Toda la comunidad universitaria se ha visto movilizada desde sus casas para buscar la forma de avanzar. Autoridades y personal administrativo evaluando posibilidades de cargar notas, de cuánto soportan los analógicos sistemas, y dentro de los reglamentos cuáles posibilidades hay para adaptar la educación a distancia; por otro lado, profesores y estudiantes sorteando obstáculos en cuanto a señal, electricidad y la adaptación a plataformas no tradicionales para dictar y ver clases, y así no detener uno de los procesos más importantes de un país: la formación de los futuros profesionales. 

Hay algo más que podemos hacer los universitarios: dedicar parte de nuestro tiempo en casa a repensar nuestro modelo universitario, tomando en cuenta el estado físico y humano de nuestras casas de estudio, pero es necesario que hagamos renacer de las cenizas a la Universidad del Zulia (LUZ) y la Universidad de Oriente (UDO), para repensar nuestras inversiones en petróleo y otras energías, a la Universidad Simón Bolívar (USB) para que la ciencia encuentre en Venezuela el lugar para reinventarse, Universidad de Los Andes (ULA), Universidad de Carabobo (UC) y Universidad Central de Venezuela (UCV) para ser forjadoras de los cambios sociales, económicos y políticos que amerita  nuestra Venezuela, de la mano de todas las universidades, venceremos la sombra que ha tratado de posarse para siempre, eso es lo que nos queda por hacer a los universitarios. 

Mi mensaje a todos aquellos chamos que como yo que hacen vida política en su universidad y que han sorteado un montón de obstáculos internos y externos: No es momento de desmayar, aunque veamos cuesta arriba continuar haciendo política ahora de manera digital, siempre existe la forma de reinventarse, de continuar formándose y resistiendo hasta que sea necesario, porque aunque las condiciones de cada uno sean muy difíciles, hemos entendido que como generación nos toca enfrentar esta realidad para construir muy pronto esa Universidad que tanto soñamos en nuestra Venezuela, tierra de gracia.

Horacio Molina Llovera
@
horaciomll
Coordinador Nacional de Universidades de @ventejoven