Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

Es una utopía aspirar unanimidad dentro de las filas opositoras, pero no debería resultar imposible lograr la unificación de quienes aspiramos conquistar la libertad, en torno a una línea político-estratégica que nos permita desarrollar las acciones efectivas en lo que podría ser la etapa culminante para poner fin a la peste roja. Es hora de privilegiar las ideas y propuestas por encima del peligroso personalismo que nos impide avanzar.

Lo primero sería hacer un diagnóstico acertado del adversario, sus fortalezas y debilidades, que podríamos resumir de la siguiente manera: enfrentamos un complejo ecosistema donde conviven el conglomerado criminal que ocupa el territorio y usurpa el poder en Venezuela, con la ayuda de las alianzas forjadas con organizaciones terroristas y criminales internacionales; que además cuentan con más armas y balas de las que puedan cargar, distribuidas entre cuerpos represivos policiales y los parapoliciales. Afortunadamente para las fuerzas democráticas venezolanas, el régimen está rodeado y sus fuentes de financiamiento seriamente comprometidas. Pero no nos equivoquemos, todavía pueden causar terror y daño a los venezolanos.  

María Corina Machado ha presentado a la opinión pública nacional e internacional una propuesta para la libertad: una Operación de Paz y Estabilización (OPE), que permita nivelar las fuerzas y configurar una amenaza verdaderamente creíble e institucional, enmarcada en los tratados internacionales vigentes que sería determinante para derrotar definitivamente al régimen y a sus aliados internacionales. 

No hay excusas posibles. Oponerse a una Operación de Paz y Estabilización democrática para Venezuela es condenarnos a padecer los horrores que han generado la ruina, dolor, sufrimiento, muerte y diáspora de millones de venezolanos. Negar esta propuesta es no retribuir, ni honrar el sacrificio de los miles de mártires caídos o encarcelados por la tiranía.

Los venezolanos hemos acompañado sistemáticamente una y otra vez, las convocatorias realizadas y las iniciativas propuestas por el liderazgo opositor, pero de esta misma manera debemos ponernos en sus zapatos responsablemente y entender que hoy a quienes piden regresar a las calles, están forzados a emplear todas sus menguadas fuerzas en tratar de sobrevivir y conseguir el sustento para alimentar a sus familias. 

Es una inmoralidad el pretender trasladar la responsabilidad y pedir a los venezolanos que se inmolen, aún cuando desconfíen de las acciones que promueven dirigentes políticos que no rinden cuentas y no muestran disposición alguna al sacrificio que piden a los ciudadanos. Debemos aceptar que no hay posibilidades objetivas reales de enfrentar a ciudadanos desarmados, contra un sistema criminal que los arruinó económica y fisicamente, y que ante cualquier señal de protesta, los somete por la fuerza con la crueldad que solo es comparable a la de ejércitos de ocupación durante una guerra.

Los ciudadanos solos, no tenemos capacidad para desplegar una fuerza superior a la violencia del régimen, pero los aliados internacionales solos tampoco pueden desarrollar iniciativas de liberación. Corresponde entonces a la dirigencia política movilizarse en la construcción de esa fuerza multinacional para materializar una amenaza real contra el régimen.

Hay quienes alegan que los aliados no están dispuestos a acompañar este tipo de iniciativas, cuando no se ha hecho la tarea adecuadamente, y públicamente rechazan opciones alternativas, a las suyas, banalizando este tipo de propuestas o inclusive sobre-simplificando el gravísimo problema que enfrentamos los venezolanos.

Es necesario dar el primer paso para invocar toda la fuerza institucional contenida en las leyes y tratados internacionales, luego hacer la tarea y desplegar a los representantes diplomáticos del gobierno interino en más de 50 países, para que salgan a explicar la propuesta y convencer a los aliados de ayudarnos a cerrar definitivamente este oscuro pasaje de nuestra historia. De esta forma, seguramente la gente estaría más dispuesta a salir y jugarse el pellejo.

Pedro Galvis
(@pgalvisve)
Secretario político de Vente Anzoátegui