Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

Primera entrega de la serie de forochats de Vente Venezuela

El exseleccionador de la Vinotinto expone 12 pilares de la gerencia deportiva en libertad, basado en su experiencia al frente del equipo de fútbol nacional que dejó de ser “La Cenicienta” del fútbol latinoamericano

(Caracas. 04/06/2020) Richard Páez, nombre de respeto en el fútbol venezolano, se muestra muy convencido: “La identidad y la organización son factores clave para la transformación del deporte en Venezuela”. En la primera entrega de “Retos de la gerencia deportiva”, serie de forochats vía Whatsapp mediante la cual el partido político Vente Venezuela bosqueja los proyectos para el país, el exseleccionador de La Vinotinto plantea doce pilares para la gestión del deporte nacional en libertad.

Richard Páez recibió a la selección nacional de fútbol en el año 2001, en una época en la que se le conocía como “la cenicienta”. Era un equipo sin estructura sólida y con “historia de indolencia; de apatía; de falta de reconocimiento de cada uno de sus integrantes, jugadores y técnicos”, como él mismo plantea. Solo 32 goles anotados en 35 años, ni uno por año; 186 goles recibidos en el mismo tiempo.

A partir de 2001, con Páez como seleccionador, arrancó la era del “Boom Vinotinto”, que rompió la racha derrotista. Con base en su experiencia de generación de identidad y sentido de pertenencia, en el trabajo organizado y en la conciencia de los grandes desafíos que imponen los cada vez más exigentes estándares internacionales al deporte en el mundo de hoy, habla con pasión de su visión, aplicable a cualquier otra disciplina.

12 pilares

Como primer pilar para la gerencia deportiva en la Venezuela libre, Richard Páez ubica a la organización, “una palabra que en el deporte venezolano está extraviada”. Refiriéndose específicamente a la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), resalta la necesidad de construir “un modelo estructural organizativo diferente para evolucionar a nivel internacional competitivo”. Visión ambiciosa de crecimiento, misión y metas son elementos de la fórmula.

Expone que lo primero en este pilar organizativo, en el caso de la FVF, “es que debe haber una campaña de afiliación federada, universal, de los clubes de fútbol amateur y de todas las ligas paralelas que funcionan en los 23 estados y en el Distrito Capital”.

Asimismo, plantea la nivelación progresiva, desde las categorías amateur hasta las profesionales. “Necesitamos una competencia que vaya nivelándose progresivamente y que logre trascender y evolucionar de acuerdo con la edad y con las características de cada competencia”, explica.

También, en el plano organizativo, habla de desarrollar una cultura organizativa en todos los ámbitos funcionales y operativos de la propia federación y de cada una de las asociaciones de fútbol en cada estado: “No pueden estar en las condiciones que actualmente poseen; sin sedes propias, sin canchas propias, sin una naturaleza de organización estructural en la parte física y en la parte humana”.

El segundo pilar presentado por Páez radica en la generación de un modelo de entrenamiento integral: “Hay que construir un modelo estratégico de entrenamiento actualizado a lo que hoy funciona a nivel internacional”. Detalla que los entrenamientos deben ser adecuados a los tamaños y las edades de los deportistas. “No podemos seguir entrenando para jugar fútbol 11 por debajo de los 12 años. Antes de los 12 años hay que jugar el fútbol 7, el fútbol 9”, dice.

Esto da cuenta de un entrenamiento progresivo y planificado por etapas. “La etapa de 6 a 10 años debe llamarse de iniciación; la etapa de 11 a 13 años, etapa de mejoramiento; la etapa de 14 a 15 años, del desarrollo; la etapa de 16 y 17 años, la del perfeccionamiento y la etapa de 18 a 20 años, la de la profesionalización”, detalla.

Explica que cada una de esas etapas comprende naturalezas, infraestructuras y objetivos específicos; partiendo siempre de la base de generar con excelencia la semilla Vinotinto desde tempranas edades, con jugadores cada vez más dotados en lo técnico, entrenadores más creativos y árbitros más pedagogos.

“Después de haber atravesado toda la etapa amateur […] vendría el fútbol profesional de nivelación internacional. Y estaría caracterizado por equipos en primera división, equipos en segunda división y equipos en tercera división”, propone. Agrega que “debería, opcionalmente, tener un equipo de reserva profesional”, conformado por jugadores de hasta 23 años que no logren su pase directo de las categorías sub-19 o sub-20 a la primera división.

El tercer pilar es el de la capacitación profesional competente. Sobre esto, dice que es necesario acreditar profesionalmente con diplomados universitarios a entrenadores, preparadores físicos, árbitros y gerentes deportivos certificados por la FVF. Propone la adscripción a los programas performance de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (Fifa) para el desarrollo y actualización permanente de los entrenadores del fútbol formativo, profesional y juvenil.

Asimismo, en el marco de este tercer pilar, habla de la necesidad de talleres de actualización profesional, con presencia en el país de ponentes internacionales en los diferentes componentes del fútbol. También resalta la necesidad de promover la internacionalización de los talentos de entrenadores y preparadores físicos con potencialidad de seleccionadores de menores. Darles oportunidad de actualizarse del mejor nivel en otras áreas y en otros países.

La siembra de infraestructura física es el cuarto pilar de la gerencia deportiva en libertad. En ese sentido, plantea que cada asociación por estado debe contar con una sede administrativa que garantice autogestión, competitividad y capacitación de sus componentes de actuación profesional.

“Sueño con ver cuatro centros pilotos de desarrollo de talentos por regiones; cada uno distribuidos en Occidente, otro en Oriente, otro en los llanos y otro a nivel central”, comenta, al tiempo que menciona que “hay que generar la construcción de canchas para fútbol 7, para fútbol 9 y para fútbol 11 por municipios en cada estado, adscrito al programa de Grassroots y ayuda financiera de la Fifa”.

El quinto pilar es un programa de captación y desarrollo de talentos, que consiste en el diseño de un programa metodológico, que permita una evolución progresiva “de los talentos regados por las regiones de nuestro país para trabajar en estos centros pilotos a partir de los 12 a 15 años. Y a partir de estos 12 años empezar a formar los jugadores seleccionables para esas categorías”.

En ese sentido, el sexto pilar de la gerencia deportiva en libertad es el de la competitividad garantizada en torneos de formación desde la niñez. Explica que esto radica en la realización de torneos intercolegiales y municipales para niños menores de 12 años y, después de los 12 años, torneos intercolegiales, municipales, zonales y nacionales.

En la etapa de fútbol juvenil, la misma secuencia, más las copas de oro y de plata. A partir de la fase profesional, la nivelación internacional competitiva: primera, segunda y tercera división y reserva profesional.

El séptimo pilar es el proyecto de captación financiera para el fútbol venezolano, pensando en el que un fútbol de calidad internacional se puede lograr a partir de la autogestión de la federación y por cada uno de los pilares. Propone, en ese sentido, un fideicomiso de capital central, que conecte a la federación con los capitales.

Sugiere replicar esta misma lógica en una organización por estados y por municipios, que conecte también a gobernaciones y alcaldías, bajo la idea de que “estos jóvenes se van a escapar del ocio, de las distorsiones sociales que pueden someter a nuestros niños y llevarlos a otros caminos. El camino del deporte, del fútbol, le daría una oportunidad real al crecimiento integral de toda nuestra juventud”.

Para cumplir todos estos programas y pilares, Páez ve en el octavo pilar una necesidad imperiosa: el programa de relaciones institucionales, que sincronice y haga ganar la atención del fútbol nacional por parte de gobiernos, empresas, instituciones y oenegés nacionales e internacionales.

La ciencia aplicada al deporte constituye el noveno pilar de la propuesta de gerencia deportiva en libertad. Busca aplicar la tecnología y la cibernética del fútbol élite, entendiéndola como herramienta necesaria “para superar los grandes retos que nos esperan en cada cancha de nivel internacional”.

Específicamente, hace referencia a fisiología del deporte, biomecánica, nutrición deportiva, neurociencia, adaptación a altitud y clima por atleta, psicología deportiva, análisis de videos con indicadores actualizados para proyectar y mejorar el desarrollo de los jugadores, etc.

El décimo pilar es el proyecto de gerencia de gestión publicitaria. Páez lo cataloga como “fundamental” en una federación que sueña con que sus equipos van a representar al país con la mejor disposición y preparación. En ese sentido, expone que se requiere la planificación de patrocinios, la publicidad nacional e internacional, el merchandising, el marketing, el posicionamiento de marca, el manejo de imagen y las alianzas comerciales.

Pone de ejemplo, en ese sentido, todo el manejo publicitario que se hizo de La Vinotinto de 2001 en adelante, que, junto con los resultados positivos de la selección, le dio atractivo y convirtió al equipo en un ícono nacional. “Eso generó un potencial de negocios […], porque se necesita potencial económico para desarrollar todos estos proyectos. Por eso esa gerencia es fundamental para convertir los sueños en realidad”, expresa.

Al décimo primer pilar Páez le imprime particular deseo: la responsabilidad social. Para él, “el fútbol tiene que devolverle a su gente”. Propone, concretamente, programas de apoyo a las “leyendas Vinotinto”, de dotación de uniformes y balones para el fútbol base, de mejoramiento y superación profesional en componentes del fútbol juvenil y de aporte a los campeones de categorías menores.

Por último, no deja por fuera a los programas del fútbol sala y del fútbol playa, a los cuales ubica en el décimo segundo pilar. Construcción de infraestructura, capacitación de entrenadores y realización de torneos competitivos forman parte concreta de este pilar, que busca atender al fútbol en esas otras dimensiones y posibilidades.

Antecedentes: Adiós, cenicienta

Todo el aporte de Richard Páez parte de su formación y su experiencia. El mismo hombre que comenzó a quitarle la fama de “cenicienta” a la selección nacional de fútbol, hoy se plantea la posibilidad de, no solo clasificar a mundiales, sino ganarlos. Para ello plantea una única fórmula: “Creer en un concepto de identidad y empezarlo a desarrollar en cada uno de los proyectos”.

Hoy, más que nunca, el secreto del éxito, de la transformación, del deporte en Venezuela es que nuestros dirigentes actuales se transformen en dirigentes Vinotinto. Si entendieran ese mensaje, si comprendieran lo que sucedió con la Vinotinto en este país [a partir de 2001], se comportarían como dirigentes Vinotinto; que piensan, sienten y cumplen los actos con grandeza, como un equipo ganador”, resalta.

La Vinotinto –expone Páez con satisfacción- surgió de las cenizas porque se propuso una misión, que “era crear una identidad de juego con sabor venezolano”, un estilo único y diferenciador. Convicción, madurez en lo táctico, calidad en lo técnico, fortaleza mental integradora, aspecto físico fortalecido y robustez espiritual para transformar la mala racha avasallante fueron algunos ingredientes que comenzaron a darle resultados positivos y competitividad al equipo.

Un liderazgo inspirador y la coherencia teórico-práctica son también fundamentales, de acuerdo con la experiencia de Páez, para la gerencia deportiva. Todo eso produce que los jugadores liberen sus ingenios, cualidades y capacidades; cuestión para lo que también es fundamental tener motivaciones positivas, minimizar los errores y las dificultades y trabajar con noción de equipo.

“Seleccionar a los mejores” siempre es otra clave del éxito en la gerencia deportiva, según Páez. “Eso lo deben aprender los líderes. Eso es necesario y no es cuestión de una influencia sectorial o de una región o ni siquiera un lazo o un parentesco. Es saber escoger a los mejores y cuando los mejores actúan como equipo, dan los resultados. Y a partir del año 2001 La Vinotinto comenzó a dar resultados”, cuenta.

Y agrega: “El arte de la seducción utilizado para atraer a un país fue el estilo de juego de nuestra selección nacional, ese estilo enamoró a todo un país. Por fin los venezolanos vimos jugar a nuestros jugadores venezolanos con una camiseta nacional representada por La Vinotinto, con un estilo que habíamos soñado todos, que nos hizo sentirnos orgullosos de ser venezolanos”.

Richard Páez es tajante al hablar de la necesidad de ejecutar el proyecto de gerencia deportiva para la libertad, a fin de mantener los logros. “Si no tenemos un proyecto que estabilice, que consolide, que sostenga la gran exigencia internacional de mantener un proyecto ganador, en cualquier momento podemos caer y llegar a una situación complicada y de dificultad”, alerta.