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Hablar de socialismo en Venezuela es sinónimo de estafa. Chávez llegó al poder producto de la frustración de los militantes de diferentes  partidos que gobernaron en democracia  en ese momento histórico. Con la promesa de acabar con la corrupción y el sectarismo que proliferaba, llegó a ser presidente electo de Venezuela.

Han transcurrido más de 20 años de un régimen socialista en Venezuela que fue mutando hasta convertirse en un Narco Estado. Hoy hablar de socialismo en Venezuela es hablar de corrupción, centralismo, estatismo, falta de libertad, crisis económica, manipulación, perpetuidad, dictadura, narcotráfico y estafa. El socialismo tiene la capacidad de transformar un aumento salarial en más inflación y escasez. El socialismo destruye los mercados al convertirlos en un monopolio estatal. No hay empresa pública que el socialismo no haya destruido; las grandes empresas privadas han desaparecido producto de las expropiaciones y las pocas que se mantienen activas, luchan a diario con las medidas de controles.

Pensar en recuperar Pdvsa, las industrias básicas, Corpoelec y todas las empresas que hoy están en manos de éste régimen, desde el Estado una vez estemos en democracia,  es volver al mismo festín de corrupción que el chavismo sembró. Esta recuperación debe pasar estrictamente por el sector privado para que los métodos de selección del personal que allí vayan a implementar sean exclusivamente la valoración académica, y no la postulación de cualquier partido, en segundo lugar acabar con la corrupción del Estado.

En Venezuela hemos vivido un proceso de destrucción masiva, en donde no existe por parte del régimen interés alguno por la excelencia, o por mejorar  la calidad de vida de los venezolanos, exceptuando los que forman parte del círculo del totalitarismo que se benefician del esfuerzo de otros. Se han convertido en una gran plaga que acaba con todo lo que toca y que se sigue extendiendo por el mundo, quizás con menos intensidad que el implantado por Fidel o Chávez y llamado socialismo democrático, pero que al final busca siempre tener control de los medios de producción privados para ser administrados por parte del Estado.

El socialismo soviético despilfarró cantidades incalculables de recursos en vano, para tratar de capitalizar la utopía socialista y llevó al país a un atraso que hasta hoy están sufriendo las consecuencias, a pesar de haber dado un giro hacia el capitalismo enmarcado en un Estado comunista.

En Venezuela no podemos permitir, una vez salgamos del régimen, que las riendas del país sean llevadas bajo la doctrina del socialismo, ni de izquierda, ni de centro, ni de derecha. Venezuela debe dirigirse por el camino de la libre empresa, del libre mercado, de una economía de mercado de un Estado liberal que hoy los venezolanos piden a gritos, porque no quieren saber más nada del socialismo.

Venezuela debe convertirse de aquí en adelante, en lo que ningún país puede llegar a ser. Debemos ser embajadores de un ejemplo tangible de lo que el socialismo es capaz de hacer en cualquier país, en un corto plazo.

“El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y la prédica a la envidia; su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria”, Winston Churchill.

(@JesusFariasVen)