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8 años de historia

La construcción de un partido liberal en una nación devastada desde hace muchos años por los saqueadores de todas las tendencias no es una tarea fácil, mi experiencia sobre todo en el área de la formación y las ideas que cumplen los mismos años que los del partido se remonta a una historia de luchas, grandes debates, tiempos difíciles, pero de una gran satisfacción por la victoria del liberalismo sobre el colectivismo.

Sin embargo, resulta necesario poner los puntos sobre la mesa y definir en lo que nunca caerá por su propia naturaleza una organización auténticamente liberal, más aún en el avance del leguaje orwelliano, en donde los progresistas se hacen llamar liberales[1]:

Igualdad ante la ley.

Las fuerzas anti-liberales siempre han criticado a la igualdad ante la ley, haciendo gala de una gran angustia por lo social, sin embargo, cuando se hace la crítica de la insuficiencia del concepto, están realmente pidiéndole al Estado que se haga cargo a través de la coacción y a fuerza bruta, lo que significa que se condenará a la libertad más temprano que tarde. Tomando responsablemente este punto se hace necesario ver lo que se consigue, cuando se cree que la igualdad ante la ley no es suficiente, y eso es la imposición del igualitarismo, que el destacado referente del liberalismo Axel Kaiser, define al igual que las intenciones detrás:

“La falacia de la igual en el discurso de izquierda radica en el supuesto de que la igualdad es intrínsecamente buena… para ser consecuente, un progresista que estima que la igualdad es buena por definición deberá responder que es preferible la situación económica de Haití, donde hay más igualdad, a la chilena donde hay menos igualdad”.[2]

La igualdad ante ley es uno de los principios que sostienen la vida occidental, e impiden que un grupo o personas tengan privilegios por encima de otra, por lo que los liberales auténticos debemos ser vigilantes de este concepto y las organizaciones liberales, guardianes de que no sea minado y destruido.

Vida, Libertad y Propiedad.

Los derechos de la vida, la libertad y  la propiedad son derechos inseparables y trabajan en conjunto, es decir, en el momento de la concepción ocurre la vida la cual posee el derecho de desarrollarse, crecer y en la unión con su mente, crear riqueza sin que sea coaccionada, es decir en libertad. Hoy el derecho fundamental de la vida es el que corre más peligro en nuestras sociedades, a través de la campaña que grupos de izquierda llevan adelante con respecto al aborto y utilizando la falacia del hombre de paja, con respecto a la libertad han avanzado peligrosamente por lo que con toda responsabilidad, el reto es defender la vida de los ejércitos de la muerte. El catedrático de la Universidad de Sevilla, Francisco José Contreras destaca a propósito:

“La cuestión del aborto no ocupó mayormente a los liberales clásicos, no porque tuviera dudas al respecto, sino porque entonces todo el mundo – liberales incluidos- daba por supuesto que el aborto es una aberración, y de ahí su penalización en las leyes de todos los países liberales hasta finales de la década de 1960. En la URSS el aborto era legalizado en 1921: la pionera de este “derecho” fue, la tiranía soviética”.[3]

Sin el derecho fundamental de la vida no puede haber los otros derechos, hasta la misma Ayn Rand[4] define que el derecho a la vida es la fuente de todos los derechos y el de la propiedad, la única forma de implementarlos, por lo que una organización liberal defenderá la vida a toda costa.

Los derechos individuales.

No existen los derechos de los grupos, los únicos que tienen derechos son los individuos, y cada individuo debe ser respetado en su dignidad humana y libertad, siempre que no afecte los derechos individuales de los demás. Sin embargo, grupos movilizados por lobbies de izquierda y con una agenda política antiliberal y antioccidental pretenden llevar adelante iniciativas que van desde la destrucción de la libertad religiosa, hasta la ética de la turba y el linchamiento legalizado a quienes no piensen como ellos, o no autoricen sus opiniones en un ambiente abiertamente totalitario escondido en el victimismo, y estos grupos son claramente los inspirados por el feminismo de la segunda y tercera ola, los grupos LGBI [5], entre otros. Para ilustrar este tema, es de obligatoria lectura la entrevista que este año realizó la revista Panam Post al profesor  de la UCV Pedro Urruchurtu, donde expresó:

“El gran problema del feminismo actual como colectivo, es que se ha terminado por victimizar a la mujer, en vez de darle su lugar y verdadero rol en la sociedad”.[6]

A la luz de la realidad, en los países capitalistas es donde más libertad los individuos pueden tener; esta libertad está absolutamente ligada a la responsabilidad, en vista de que en todos los actos libres hay consecuencias y esto es contrario al libertinaje, que es el concepto del cual las intenciones iliberales van dirigidas. Mientras que la organización resguarde los derechos de la principal y única minoría que es el individuo, la llama del liberalismo estará ardiendo.

Libertad económica.

La libertad económica es una de las aspiraciones más grades de todos los liberales, esto porque los países con libertad económica son los más exitosos del mundo, la innovación forma parte de la vida y la pobreza que es realmente el punto a combatir y no la desigualdad que es aún más reducida, sin embargo el fantasma de la planificación central que se puede ocultar bajo la supuesta apertura, está aun latente y presente en las propuestas de todos los colectivistas del país y sus frentes socialistas, que en su afán de intervenir la economía terminan interviniendo todos los espacios de la vida del hombre. Ante esto la reflexión del economista y premio Nobel 1974 Friedrich Hayek se hace tan importante:

“La supuesta liberalización que los planificadores nos prometen significa precisamente que seremos relevados de la necesidad de resolver nuestros propios problemas económicos, y que las penosas elecciones que estos a menudo exigen serán hechas para nosotros, bajo las condiciones modernas, para casi todas las cosas dependemos de los medios que nuestros semejantes nos suministran, la planificación económica exigiría la dirección de casi toda nuestra vida”.[7]

La defensa de la libertad económica y nuestra postura contra todo intervencionismo, que con el camuflaje de la justicia social y el bien común trata de confiscar la riqueza que otros crearon, o de intervenir en la economía para regular precios o establecer controles de cambio, será nuestra principal batalla, porque la realidad nos ha demostrado que para que una persona sea libre, debe serlo económicamente.

Conclusión:

Lo que en estos 8 años nos ha hecho referencia en todo el continente como el partido liberal, ha sido que no hemos claudicado en nuestros valores y que dichos valores, se han mantenido con coherencia en el tiempo, nuestra defensa de la igualdad ante la ley, el reconocimiento de los derechos fundamentales que son vida, libertad y propiedad. Nuestra posición conforme a los derechos individuales y la bandera de la libertad económica nos han convertido en un partido fuerte compuesto por liberales de verdad que no podemos perder en la masa, ni en la euforia del utilitarismo olvidando que somos un partido de cuadros.

Con los valores, la firmeza y nuestras ideas, estoy seguro de que Vente Venezuela nunca será un partido socialista, el luchar por él y no perderlo es nuestra responsabilidad, estos 8 años solo son el comienzo de los liberales en Venezuela y cada vez somos más.

Bibliografía


[1] La frase original es de Winston Churchill y dice: en el futuro los fascistas se llamarán a sí mismos antifascistas, vemos que se atrevieron a más, y los progresistas hijos de las ideas de izquierda se hacen llamar liberales.

[2] Kaiser, Axel. La fatal ignorancia. Unión Editorial. pp. 106-107.

[3] Contreras, Francisco José. Una defensa del liberalismo conservador. Unión Editorial. pp. 22.

[4][4] Rand, Ayn. La virtud del egoísmo. Editorial Grito Sagrado. pp. 177.

[5] Para más información consultar el libro del politólogo Agustín Laje: El libro negro de la nueva izquierda. 

[6] Tomado del Panam Post, disponible en: https://es.panampost.com/emmanuel-rondon/2020/05/14/izquierda-contraataca-urruchurtu/

[7] Hayek, Friedrich. Camino de servidumbre. Unión Editorial. pp. 181.