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Maiquetía, Vargas. Desde enero no hay agua por tubería. Los bomberos, en un intento de solidaridad, se acercan a las comunidades y reparten agua, lo poco que pueden. Se acumula el gentilicio, se acaba el agua. Se desbordan por igual gritos y ofensas. En menos de media cuadra, doscientas personas de pie, empujando. Niños en brazos, adultos mayores. En Vargas hay exceso de impaciencia y escasez de agua.

El bombero, con cara de angustia y sabiéndose incapaz de ayudar a todos, intenta sacar toda el agua posible del camión. Vuelven los empujones, nadie conoce de filas, sólo de fuerza. Vargas, un estado costero incapaz de surtir agua. Somos una mala caricatura del desastre que nos consumió.

Se acaba el agua. Maldiciones al aire, golpes a botellones y recriminaciones. No falta quien asegura que no tiene agua porque se le ‘colearon’. Intento ver más allá, no tenemos agua porque se nos colearon los malandros en el 98.

Vuelvo a casa sin una gota de agua. Ojos rojos de impotencia, y la imaginación en una Venezuela Tierra de Gracia. El vecino chavista que aún grita ‘’Patria o muerte’’ tampoco consigue agua. Ahí va, con la vergüenza en la cara y asegurando que es culpa de los Yankees.

Venezuela te obliga cada día a replantearte la continuidad. Una derrota más en una batalla de todos los días.

@AlvaroJardim99

Coordinador Vente Joven Vargas