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La espantosa crisis económica que hoy vive Venezuela es consecuencia de un modelo político macabro impuesto y ejecutado desde hace ya 21 años: “El socialismo del siglo 21”. Un modelo de hambre y violencia, de expropiación y robo, de aniquilamiento de la propiedad y empresa privada, de corrupción y maldad.

Todos conocemos esta historia, la hemos vivido y sufrido. Ya en el año 2013 en nuestro país hablábamos de escasez, inflación, crisis de los servicios públicos como racionamiento eléctrico, falta de agua y gas, por nombrar tan solo algunos, y en estados como el Zulia y Táchira, hablábamos de racionamiento de gasolina. Fue entre los años 2013 y 2016 cuando se vivió una profundización de la crisis, hasta que en el año 2017 todo reventó y pasamos de tener que vivir una crisis a tener que vivir un completo caos hiperinflacionario e híper-empobrecedor.

Muchos hoy se preguntan: ¿Qué está ocurriendo en los últimos días con nuestra economía?, ¿qué está pasando con los precios de los alimentos y del mismo dólar?, y es que pareciera que toda la gasolina que hoy no se encuentra en las estaciones de servicio la hubiesen acumulado el dólar y el precio de los productos de primera necesidad.

A continuación, compartiré con ustedes algunos datos que demuestran cómo el propio sistema criminal que se sostiene hoy en el poder continúa inyectando la gasolina que alimenta y acelera el caos, sin importarle el grave daño que le sigue ocasionando a todos los venezolanos:

1) Según cifras propias del BCV, tan solo en las primeras cuatro semanas de la cuarentena forzada (que ya hoy acumula más de 40 días) se le inyectó a nuestra economía más de 18 billones de bolívares, que realmente serían trillones si le incorporamos los 5 ceros que fueron eliminados con la reconversión ficticia del año 2018, lo que significa que se expandió en casi un 29% el dinero inorgánico presente en el sistema en tan solo ese tiempo, combustible muy peligroso que ejerce una mayor presión sobre una economía paralizada donde los únicos bienes que se comercializan son los de primera necesidad, incidiendo en la escalada de precios que se ven actualmente en el mercado.

2) Tenemos una economía a la que no se le puede garantizar el flujo de dólares que requiere el mercado. Pasamos de tener un sistema financiero que llegó a acumular más de 145 mil millones de dólares entre reservas y Fonden para los años 2008 y 2009, a tener ahora tan solo apenas unos 6 mil millones de dólares, después de que se lo robaron todo.

3) La deficiencia de los servicios públicos también incide en el aumento de los precios. Las fallas constantes en el suministro de energía eléctrica, la escasez de agua y la falta de gasolina hacen que, por ejemplo, para poder surtir un vehículo hoy se necesiten $60 en promedio para tan solo colocar 20 litros, convirtiendo la gasolina de Venezuela en la más cara del planeta y afectando la movilidad, tanto en zonas rurales como urbanas.

4) El dólar oficial -el que maneja, controla y calcula el BCV- ha variado en tan solo 24 días del mes de abril un 105%, al pasar de Bs. 83.375 a Bs. 171.072. Eso nos lleva a preguntarnos: ¿Qué información esconde el BCV sobre lo que está ocurriendo en la economía, que decide perseguir al mismo ritmo en el que avanza al dólar paralelo? Y es que si el aumento continúa al ritmo que lleva abril, ¿el dólar oficial podría alcanzar el valor de un millón (1.000.000) de bolívares en 60 días? ¡Que Dios nos proteja!

En conclusión, la desconfianza sobre nuestra economía, el desbocado aumento de dinero inorgánico, la estrepitosa caída de las reservas y de los precios del barril de petróleo, la deficiente y casi nula prestación de servicios públicos, la incapacidad de poder garantizar el flujo de dólares que requiere el mercado para funcionar, la intervención de las pocas empresas que aún producen y la utilización de la estructura del Estado, que ha servido para permearla con actividades delictivas y criminales, están incidiendo de forma directa en la catastrófica tragedia económica que está resultando en una realidad donde el pico de hambre terminará siendo mucho más elevado que el pico de la pandemia, como alertamos hace un mes atrás. Venezuela no puede esperar a encajar en los tiempos de otras naciones y otros actores. Por eso, debemos pedirle al mundo que actúe ya.

La Asamblea Nacional o lo que queda de ella, tiene una deuda con todos los venezolanos: es urgente que apruebe la activación del artículo 187 numeral 11 de nuestra Constitución para avanzar en lo que ahí se expresa. Creo, con todo respeto, que este punto en la agenda es mucho más urgente para toda Venezuela que la discusión que tienen prevista tener los diputados sobre sus salarios. ¡Hay que actuar ya! #TreguaEsTraición

Autor: Gilberto Gudiño Millán, coordinador municipal Vente Maracaibo (@gilbertogudino).