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La afectación de los espacios urbanos por desastres naturales está relacionada con las características físico-ambientales de los emplazamientos, los patrones históricos de ocupación territorial y los procesos de desarrollo tecno-económicos y socio culturales que se desarrollan en las ciudades. Esta dinámica se altera frente a la ocurrencia de desastres naturales, tales como los incendios forestales que se han venido desarrollando en la ciudad de Caracas durante las primeras semanas del mes de abril. 

Los últimos incendios forestales en la ciudad pudiesen estar asociados con eventos climáticos de sequía extrema y olas de calor en el territorio venezolano, tal y como lo ha indicado INAMEH en sus últimos reportes de riesgos de incendios en el país, los cuales se han intensificado por el efecto de “isla térmica urbana” que se produce en Caracas. Este fenómeno se refiere a las variaciones de temperatura superficial y del aire en las áreas urbanas, como consecuencia de la sustitución progresiva de la vegetación natural por superficies impermeables secas inherentes a la actividad urbana, como el concreto, asfalto, metales, vidrios entre otros materiales, que alteran el balance superficial produciendo, en consecuencia, un aumento de la temperatura de la ciudad.

Los efectos negativos de este fenómeno se observan con mayor intensidad durante las temporadas de sequías en la ciudad de Caracas. En este período diferentes elementos climáticos y ambientales como la precipitación, nubosidad y evapotranspiración vegetal, que contribuyen a mitigar y disminuir los efectos de este fenómeno, tienden a presentar bajos registros, mientras que los valores de horas de insolación, radiación solar incidente y evaporación, se incrementan e influyen en el calentamiento de este espacio geográfico.

En consecuencia, el aumento de la radiación solar y el calor superficial durante la temporada de sequía, tienen incidencia en los niveles de estrés hídrico de la vegetación natural de la ciudad, en la deshidratación del suelo y en la conformación de aire seco que contribuyen al desarrollo de focos de incendios forestales, acompañado de otros fenómenos como la calima y la contaminación del aire por partículas, que sumado a las consecuencias que ha generado la emergencia mundial del COVID-19, pudiesen afectar a la población de Caracas mediante la aparición de enfermedades respiratorias y pulmonares.

Lo anterior nos indica la importancia de contar con data y estudios científicos relacionados con la variabilidad de la temperatura superficial urbana en la ciudad de Caracas, empleando técnicas de interpretación de imágenes de satélite en diferentes períodos de tiempo, para comparar variaciones del uso del suelo urbano por parroquias y la afectación de la vegetación natural, lo cual permitiría definir escenarios tendenciales de cambio temperatura y formular lineamientos para mitigar la vulnerabilidad en todos sus ámbitos, ante amenazas naturales por incendios forestales en la ciudad de Caracas.

Los últimos eventos de incendios forestales evidencian la baja capacidad institucional y de implementación de políticas de ordenamiento territorial, así como la no aplicación de nuevos instrumentos de urbanismo en la ciudad por parte de un sistema socialista irresponsable que nos ha gobernado durante los últimos 20 años. Un ejemplo de ello se evidenció en los incendios producidos en el Parque Recreacional Leonardo Ruíz Pineda, entre las parroquias Antímano y Caricuao, producto de procesos de invasión y construcción de viviendas con materiales no acordes con las características naturales de este espacio que contribuyeron a generar combustión en estos tiempos de sequía.

La ciudad de Caracas y los ciudadanos que hacen vida en ella presentan una alta vulnerabilidad ante la ocurrencia de este tipo de eventos naturales. Los problemas de escasez del recurso hídrico en los sistemas de extinción de incendios (producto de otro problema ambiental y de servicio), hacen cuesta arriba el cumplimiento de las labores de protección civil y bomberos para contrarrestar nuevos focos de incendios en la ciudad de caracas, producto de la alta susceptibilidad de la vegetación en sequía.

Las consecuencias naturales que hemos vivido los caraqueños en los últimos días nos hacen reflexionar acerca de la necesidad de llevar a cabo un modelo de ciudad sustentable que considere la gestión ambiental como uno de sus ejes fundamentales, por ejemplo, a través de la recuperación y el crecimiento de espacios verdes en las diferentes parroquias de la ciudad que contribuyan a la disminución de la temperatura urbana, la absorción de contaminantes atmosféricos, la regulación de la escorrentía y ciclos biogeoquímicos, el refugio de la fauna, entre otras servicios ambientales que son elementales para la calidad de vida de los ciudadanos. Asimismo, la gestión y el manejo de riesgo naturales deben ser ejes fundamentales para mitigar los efectos del cambio climático en la ciudad.

Durante estos días han sido los efectos de las sequías, mañana pudiesen ser amenazas naturales por flujos de intensa precipitación. En ambos casos, resulta fundamental concebir el tema ambiental y la adaptación al cambio climático como un eje prioritario en la definición de las políticas públicas de las ciudades, una vez cese la usurpación del chavismo-madurismo.

Lic. Geog. MSc. Carlos Narváez

Contacto: [email protected]