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Desde el día 13 de marzo de 2020 se decretó la cuarentena en Venezuela, el llamado fue a permanecer en los hogares y por ende la suspensión de actividades laborales y académicas en todo el país, debido a la noticia dada por el régimen de los primeros casos confirmados de COVID-19. A partir del lunes 16, los niños dejaron de asistir al colegio y en particular el de mis hijos informó que se estarían enviando las actividades vía correo electrónico o se publicarían en la página del colegio para que las realizaran en casa y no se atrasaran.

Para nadie es un secreto que contamos con el peor servicio de internet en el mundo, aunado a eso el uso de datos móviles se incrementó por estos días de confinamiento y los intentos de conexiones a internet aumentaron. En nuestro país para estar informados con veracidad recurrimos a las redes sociales o páginas de información, pues el cerco a los medios abiertos de radio y televisión y la censura, no genera confianza en dichas fuentes. El servicio de internet está colapsado y resulta muy difícil la conexión. Las guías de actividades nos las enviaron vía correo electrónico, no pude ni abrirlo con el servicio de internet con que usualmente contamos en casa y fue gracias a un dispositivo de conexión alternativo que pude hacerlo y descargar dichas guías.

Según una encuesta del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, en el tercer trimestre del 2019 sólo el 40,5% de los venezolanos tiene acceso a internet. Y me pregunto ¿cuál será la estrategia de aquellas unidades educativas cuya población está dentro del casi 60% que no tiene acceso? Si es que tienen alguna estrategia. Cómo podrán esos niños continuar con sus actividades. Sin duda muchos no podrán hacerlo.

Mientras tanto el dictador, luego de suspender las clases afirmaba: “Si toca suspender clases en todo el país se garantizará la continuidad del año escolar a través de las vías tecnológicas». Vaya burla a la población. Y es que de eso se trata, de un total menosprecio a los ciudadanos, una muestra más de que no le importa en lo más mínimo el bienestar y la vida de los venezolanos.

Esta crisis ocasionada por la pandemia del Covid-19 viene a agravar mucho más la crisis humanitaria que vivimos, es por ello la urgencia del cambio, no sólo de régimen sino de sistema. Un sistema perverso, que tiene de rodillas a una población que no sólo carece de los servicios de internet sino de los servicios más básicos como agua, luz, gas, etc. y no cuenta con un sistema de salud óptimo, sino más bien uno precario y ya destruido. Imaginen si países como España e Italia se han visto imposibilitados de proveer a su personal médico de los insumos suficientes para atender a la cantidad de casos que se han presentado, que pasará en Venezuela si los casos aumentan exponencialmente es estas próximas semanas. No quiero ni pensarlo, peor que esas películas de terror.

Es por lo tanto importante cuidar nuestra salud, quiénes podamos hacerlo, permanecer en casa y no salir a menos que sea estrictamente necesario. Nosotros mismos debemos cuidarnos. #QuédateEnCasa y sigamos las recomendaciones de la OMS.

Cuídense, juntos lograremos superar esta nueva situación y esperemos que pronto nuestros niños puedan volver a sus colegios. 

María Carolina Cedeño

Coordinadora Estadal de Formación

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