¿Nos traicionaron otra vez?
¿Cuántas veces nos hemos sentido traicionados por la dirigencia política tradicional venezolana? Si hacemos un recuento, podemos ver en múltiples ocasiones cómo la codicia de unos pocos se ha impuesto por encima de las aspiraciones y deseos de toda una nación.
En estos 21 años, hemos visto prácticamente los mismos rostros servir de conductores de las luchas contra este régimen; desde tiempos de la Coordinadora Democrática, hasta los tiempos de hoy cuando ha cambiado el nombre, pero han sido siempre los mismos politiqueros, haciendo lo mismo para salir del chavismo/madurismo, en muchas oportunidades simulando luchar en nombre del ciudadano, en otras, simplemente siendo descarados y mostrando que luchan por sus intereses y nada más.
Han asistido a diálogos, negociaciones, elecciones fraudulentas y cualquier método que entregase el espíritu de libertad del venezolano, utilizando al ciudadano y convirtiéndolo en instrumento de negociación, sin importar en lo absoluto la situación económica o la crisis que estamos viviendo.
Recientemente, vimos un episodio más en el cual Henry Ramos Allup nos dejó ver claramente que no le importará absolutamente nada, solo su ambición de mantenerse en la palestra pública, a costa de todo, incluso, chantajeando al venezolano con la siguiente expresión: “¿Le vamos a dejar libre el camino al gobierno?”
Esto inmediatamente nos remonta al año 2017, cuando, por fuera de la MUD, declaró que sí participaría en las elecciones a gobernadores, importando muy poco los más de 140 asesinados en protestas de ese año.
¿Acaso ese señor está pensando en lo que usted está viviendo en este momento?
¿Ir a unas elecciones sin condiciones, tan solo por “no dejar espacios libres”, pero legitimando a este régimen, alcanzará el objetivo de libertad que todos buscamos?
¿Este señor representa apenas un ápice de futuro para los venezolanos o es más de lo mismo que nos trajo hasta aquí y soporta a este régimen?
Son preguntas que le invito a hacerse. Los invito a cuestionar a los liderazgos, para que realmente escuchen al ciudadano; para que no sigan cumpliendo sus codicias personales a cuestas del dolor del ciudadano.
Venezuela es mucho más que politiquería barata, mucho más que tramos y macoyas, mucho más que traiciones y actuaciones a espaldas, mucho más que estas posiciones que solo dejan ver la poca humanidad y el poco respeto al ciudadano.
Yo estoy convencido que los principios y la ética deben ser nuestros faros para hacer política, pero también es necesario dejar de hacerle comparsas a los politiqueros de siempre, a los que nos impiden salir de esto.
Sí, nos traicionaron otra vez
“El talento sin probidad es un azote».
Simón Bolívar.