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Con “Liberalismo y Tradición” realizo una serie de artículos en los que, a partir de la obra del filósofo liberal español Dalmacio Negro, esbozo la incompatibilidad entre Liberalismo y Estado, y la relación entre Liberalismo y Tradición

La “Tradición contra la Historia”, en lugar de la “Historia contra la Tradición”, es la tesis central del libro “La Tradición Liberal y el Estado”, de Dalmacio Negro, publicado en 2011. La segunda acepción, la “Historia contra la Tradición”, defiende lo que se ha venido diciendo desde la Ilustración: que “la historia es simplemente lo que dicen los historiadores”, a quienes no rige “más que la razón”. La historia es entonces, de acuerdo con esta corriente, una simple sucesión de hechos fácticos, objetivos, en los que no influyen los sentimientos, las costumbres y las tradiciones.

Así, escribe Dalmacio en las preliminares de la obra: “El pensamiento, el sentimiento, las creencias y los comportamientos se han interpretado ideológicamente durante casi dos siglos, coincidiendo con la consolidación del Estado y su aceptación como sujeto despersonalizado del poder y de la historia”.

Y es esto así, puesto que este sujeto despersonalizado de poder, “al necesitar la impersonal ratio status una cobertura intelectual para ordenar su potencia coherentemente y con autoridad, las ideologías compiten entre sí, en una especie de guerra civil intraestatal, para conquistar el Estado y disponer de su poder”.

Todo pensamiento político, entonces, al Estado finalmente monopolizar la política, se transformó en ideología. Cualquier creencia, comportamiento o sentimiento adquiere un significado ideológico en esa dialéctica interna del propio Estado por adquirir el Κρατς (Poder Absoluto) y por tomar el control de la τέχνη (Máquina Hobbesiana o Leviatán), que representa el Estado mismo en cuanto monopolizador de la violencia y de lo político.

Una máquina definida “ya en su origen como «dios mortal»” que “se mitificó en determinado momento de su evolución” y “dotado de personalidad moral, marchó, conforme al espíritu simplificador de la ciencia natural, atacando viejas tradiciones”, como plantea el mismo Negro.

De esta manera, toda razón, todo pensamiento, toda tradición se transformó en una pura ideología.

Es sintomático de esto que Arias Castillo, en su artículo Ideas para Vente Venezuela, manifestase su temor de adelantar propuestas para el ideario de un partido liberal “en un momento como el que estamos viviendo, de crisis de las ideologías”. Empero, y es lo que desde la obra de Dalmacio se sostiene en este artículo: “el liberalismo no es una ideología política, sino una tradición”. Y es en esta medida en que, como hemos visto, el Estado es una trituradora de toda tradición, subyace la completa y absoluta “Incompatibilidad Liberalismo-Estado”

Simpatizante de Vente Guárico en el municipio Zaraza