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«¿Es en serio?», se pregunta uno al escucharlo.

No tenemos un gobierno democrático, ni siquiera es un gobierno. Es un narcorégimen, pero hay gente que se empeña en no llamarlo así, sino que hablan del “gobierno”. Si algo he comprendido escuchando a los expertos en resolución de conflictos, es que para la solución de los mismos es necesario comprender la naturaleza del conflicto, pues si no, buscamos soluciones que parecerían obvias, pero no lo son.

Nos encontramos en presencia de un régimen delincuencial, con cómplices en la “oposición” y aún así nos quieren convencer de que lo que más nos conviene y la solución ideal son unas “elecciones”.

Cuando te duele la lengua de tanto repetir lo mismo es que te empiezan a escuchar, así parece, así que seguiremos repitiéndolo hasta que nos duela la lengua: este narcorégimen delincuencial no saldrá con elecciones, ni con diálogo, ni por las buenas. ¿Qué parte de que “son delincuentes” es la que no se entiende?

Si tenemos un país secuestrado por unos malandros que además manejan a su antojo todos los poderes: ejecutivo, judicial, electoral y al legislativo lo inhabilitan, y también manejan a las Fuerzas Armadas y tienen paramilitares y colectivos a su servicio, ¿cómo van a respetar medidas democráticas si ellos no lo son?

Si la naturaleza de este conflicto no es política, no es un problema de gobierno y oposición, entonces no se pueden tomar medidas democráticas para la solución de este conflicto. Se trata de un problema de naturaleza criminal y por tanto, la única medida de solución es la opción de la fuerza.

La sociedad civil no tiene la fuerza por sí sola, la que se requiere para desalojar a los delincuentes. Es por ello que invocamos el TIAR como la solución que más se parece a la naturaleza de este conflicto.

Ya basta de querer convencernos o manipularnos con que hay que negociar, que hay que dialogar o peor aún que hay votar para salir de estos delincuentes.

No puede haber elecciones sin el cese de la usurpación, sin que se dé un gobierno de transición donde se recuperen las instituciones que garanticen que el próximo gobierno elegido democráticamente tenga gobernabilidad.

Ya basta de manipulación y sigamos la ruta planteada en enero: Cese de Usurpación, gobierno de transición y entonces, sí las elecciones serán libres.

María Carolina Cedeño Tw: @mceden

Coord. De Formación

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