Son numerosos los aspectos que se deben tomar en cuenta para la consolidación de un país desarrollado, e influye mucho su historia, cultura, economía, recursos económicos, naturales y hasta su idiosincrasia. Sin embargo, la educación desempeña un rol protagónico no sólo porque es la que orientará a la sociedad en todos los aspectos sino que además sembrará los valores, principios y ética tanto en la población actual como en las futuras generaciones.
En Venezuela es evidente que durante las últimas décadas el sistema educativo se ha ido fracturando en todos los sentidos, pese a que ha habido casos puntuales de desarrollo o eventualidades favorables; pero en definitiva y lamentablemente lo malo ha prevalecido y ello se demuestra con la crisis que ha atravesado durante los últimos años.
Entre las principales causas se tienen debilidades en la calidad educativa, deficiencias en los contenidos programáticos, ausencia de materias fundamentales y monitoreo constante de conductas y conocimientos tanto del estudiante como de los docentes, y esto se aplica a todos los niveles educativos.
En relación a ciclo Básico Nacional es necesario una reestructuración y modificación del currículo, no sólo por las debilidades que presenta sino porque amerita la inserción de elementos acordes con las nuevas corrientes a nivel mundial; además debe ir acompañado de una reestructuración física de las instalaciones que optimicen los servicios, desarrollo físico e intelectual de los niños y adolescentes.
Con respecto a los niveles superiores, pese a que el país goza de una amplia gama de ofertas académicas y universidades, no todas disponen de una excelente calidad educativa ni cuentan con condiciones mínimas necesarias, sólo unas pocas disponen de estos privilegios. En este caso se debe abordar con énfasis la etapa universitaria-laboral ya que en la mayoría de los casos tanto los estudiantes, como los docentes e incluso las mismas universidades sólo desarrollan esta etapa por formalismo, tal es el caso de los informes de pasantía o incluso las tesis; ya que se desarrollan, se defienden y en un minúsculo porcentaje se implementan tales proyectos, perdiéndose de esta manera innumerables recursos económicos, tiempo e ideas que podrían fortalecer no sólo a la universidad y empresa sino al país entero.
Asimismo debe desarrollarse planes que vayan acorde con el fortalecimiento de valores en todos los niveles educativos, ya que ello va a permitir a futuro la minimización de actos de corrupción tanto en la administración pública como privada, aspecto que se ha visto muy deteriorado en las últimas décadas y que además generó la descomposición social a través de tantos políticos corruptos, delincuencia en general y sociedad corrompida por la famosa “viveza criolla”.
Pero esta nueva educación en Venezuela también tiene que ir acompañada de motivaciones e incentivos tanto al personal como a los estudiantes. Los profesionales que hacen vida deben disponer de salarios dignos que cumpla con los estándares mundiales y que garantice la calidad de vida y crecimiento personal y profesional del individuo y su familia. Asimismo cada estudiante debe sentirse motivado con excelentes instalaciones, calidad educativa, oportunidades laborales para cuando egresen y además que no se vea en la necesidad de estudiar opciones de emigrar buscando otros horizontes para poder vivir mejor.
Hoy día, en plena crisis hiperinflacionaria que atraviesa el país y una de las más fuertes de América e inclusive del mundo, tanto los estudiantes como el personal que labora en el sector educativo, no sólo merece un reconocimiento por seguir apostando por Venezuela y luchar por continuar estudiando o laborando, sino que se le debe retribuir a futuro por todo el esfuerzo que ha realizado en estos últimos años, y esta nueva etapa también debe enfocarse en la inserción de todos aquellos que han tenido que dejar el sistema educativo por diversas razones y además estimular a todos los profesionales y estudiantes que han tenido que emigrar bien sea por necesidad o por huirle a un sistema de gobierno que no sólo fracasó como modelo sino que acabó con la vida de muchos venezolanos.
Con un nuevo sistema educativo en Venezuela no sólo se contribuye al mejoramiento social en general, sino que aporta significativamente con la construcción de un país con sólidas bases y que gracias a sus recursos naturales, fácilmente podría convertirse en una potencia mundial e ícono de desarrollo socioeconómico ejemplo para otros países y además haría realidad el sueño de millones de venezolanos.