Necesitamos una terapia de grupo en nuestro continente. Tenemos la autoestima baja, no nos consideramos capaces de valernos por nosotros mismos. Cada vez que viene algún líder populista a ofrecer villas y castillos por obra y gracia del espíritu santo, caemos y les compramos el discurso. Acaba de suceder en Argentina.
En nuestro país ¡Oh, qué maravilla! Guaidó se alió con Acción Democrática. Y recuerdo el eslogan “Con AD se vive mejor”, como si nuestra calidad de vida o prosperidad dependiera de un partido político y no de un sistema político económico en el que cada quien, de acuerdo con su esfuerzo, pueda superarse.
Los populistas no nos ven como ciudadanos, nos ven como el pobre pueblo, inválido, indefenso; los que dan lástima y a quienes hay que ayudar, mantener, porque por sí mismo no puede mantenerse.
Además, quieren que ese pueblo se sienta así y a través de sus mensajes le quieren hacer ver que sólo si votan por ellos, podrán superarse y salir de la pobreza, cuando más bien lo que quieren es hacernos dependientes de un papá Estado que tiene miedo de que sus hijos se independicen y se vayan.
Son alérgicos a las ideas de libertad, a los derechos del individuo, por lo que nos menosprecian, además de excluir a una parte de la sociedad por no considerarla parte de ese pueblo.
Quienes creemos en la libertad, en cambio, apostamos al individuo, confiamos en el potencial que tiene todo ser humano para alcanzar las metas que se proponga, en el querer es poder, en que el Estado sólo tiene el deber de garantizarles el igual acceso a las oportunidades de estudio, formación, desarrollo y cada quien con base en su potencial individual se desarrolle y obtenga lo que se gane de acuerdo a su esfuerzo y habilidades.
Como insistió el premio Nobel de Economía, Friedrich Hayek, son las ideas las que en última instancia definen la evolución social, económica y política de las naciones. Es a través del intercambio y discusión de las ideas como debemos combatir el populismo, debemos dejar de comportarnos como borregos y ser analíticos, pensar y reflexionar.
“Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos puede cambiar el mundo; de hecho, es lo único que lo ha logrado”. Margaret Mead
María Carolina Cedeño Tw: @mceden
Coordinadora estadal de Formación
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