La península de Paraguaná está ubicada en la parte septentorial del occidente falconiano, su territorio es semiárido con pocas posibilidades de encontrar minerales para su transformación de materia prima. Cuenta con espacios acuáticos de aguas profundas, lo cual permite el atraque de barcos de gran calado; por esa razón están ubicadas las dos refinerías más importantes del país, allí se refina la energía que mueve a Venezuela.
En complemento de lo que pudiese ser un desarrollo sostenido en la península de Paraguaná, se creó inicialmente la zona franca durante la década del setenta, la cual consistía en desarrollar productos de manufactura para la exportación y dejar algún excedente para el consumo interno. Esta experiencia no dejó los frutos deseados por algunas trabas de carácter jurídico en cuanto a la posesión de los terrenos donde estarían establecidas algunas empresas.
Posteriormente, durante la gobernación del Dr. José Curiel, se creó la zona libre, la cual consistía en desarrollar la complementación de la zona franca, acompañada de una política orientada a favorecer el turismo internacional y para hacer atractiva la zona se incentivó la comercialización de línea blanca. Esta idea bien importante para Paraguaná y los paraguaneros encontró cierta resistencia gubernamental, lo cual frenó ese empuje inicial; el gobierno recién iniciado le negó todo el apoyo a esta feliz iniciativa, sin embargo, el sentido de pertenencia de los paraguaneros hacia su zona libre generó confianza en empresarios locales y foráneos quienes invirtieron en desarrollos turísticos y comerciales hoy en estado de agonía por la política económica de este régimen.
Existen experiencias exitosas en varios países donde la zona libre se ha convertido en un importante polo de desarrollo: El caso de Manos en Brasil, es uno de ellos, pero el más importante es el de la zona libre de Taiwán, que copio el proyecto original de la Península de Paraguaná y, hoy genera más de sesenta mil empleos, tal como lo señalaba el Dr. José Ignacio Moreno León, en la oportunidad en que vino a Punto Fijo a ofrecer su opinión en cuanto a las ventajas competitivas y comparativas de una zona libre bien llevada.
El talento, el compromiso y el sentido de historia de María Corina Machado nos permite confiar nuevamente en la política como acto del bien común, su discurso ha sido lineal, le ha hablado con sinceridad al país. Hoy no cabe la mentira. Los paraguaneros colocamos nuestra esperanza en esta ejemplar dirigente.