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(La Guaira. 05/06/2019) A principios de año la Asamblea Nacional planteó una ruta -con un orden inalterable- para salir del régimen de Nicolás Maduro: Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Las fuerzas se alinearon, pero una vez más, se apostó a la debilidad.

Desde el 23 de enero cuando el presidente Juan Guaidó asumió la ruta del coraje, los apaciguadores de siempre se activaron para ir liberando la presión que se produjera. Por eso, a nadie debe sorprender que en momentos de alta presión donde se debió avanzar con coraje frente al régimen, se hayan diluido los esfuerzos.

La complicidad de los de siempre ha sido cínica y desmedida; ya ni se molestan en disfrazarse de oposición. La postura sumisa que han tomado frente al Estado criminal, ha alargado la agonía de los venezolanos en medio de la crisis humanitaria compleja.

Sea por cobardía o complicidad, la sumisión de ciertos “líderes” se traduce en muertos, y hoy son tan cómplices como el régimen. Apostar por la debilidad para “evitar un derramamiento de sangre”, ha traído como consecuencia más persecución, más represión y más sangre.

Después de 20 años del chavismo en el poder, de trampas y engaños constantes, parece que hay un sector no ha entendido –o no quiere entender- que los mafiosos no tienen palabra y que solo buscan ganar tiempo, un día a la vez, no importa a qué costo. Lo vimos el 23 de febrero y el 30 de abril. No se irán por las buenas.

Ahora asoman una vez más la posibilidad de una elección antes del cese de la usurpación y de la transición. Una elección con Maduro y las mafias en el poder es asumir una posición de debilidad. Como si no tuviéramos poderosos aliados de nuestro lado, como si no tuviéramos la fuerza para sacarlos. Una elección antes del cese de la usurpación, es sumisión.

Si al frente de la toma de decisiones permanecen los cómplices de siempre, que en los momentos decisivos se echan para atrás, tendremos entonces los resultados de siempre: tiempo y oxígeno para el régimen mafioso.

Es momento de que los venezolanos y la comunidad internacional comiencen a escuchar voces que no han callado ante las amenazas y la violencia. Voces que elevan un grito de auxilio porque entienden la urgencia del venezolano que se debate entre la vida y la muerte. Voces que comprenden que un día más de Maduro en el poder, es muy tarde para muchos.

Hoy si algo ha quedado claro, es que para lograr el cese de la usurpación, primero debe cesar la sumisión de quienes tienen en sus manos la responsabilidad de avanzar con coraje y firmeza.

@ismaelgabriel22