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(Estados Unidos. 04/04/2019) Como madre y abuela venezolana mi corazón no se resiste a hacerme eco de los terribles efectos en nuestros niños venezolanos, como consecuencia de tantos años de régimen socialista y en particular el impacto en los más pequeños e indefensos, de la actual grave coyuntura en nuestro país.

Amnistía Internacional en el informe sobre Venezuela 2017-2018 (ver detalles en el enlace) en el segmento de Derecho a la Salud reporta lo siguiente y cito: “Tras casi dos años sin publicar datos oficiales, en Mayo el Ministerio de Salud publicó los boletines epidemiológicos semanales de 2016. Los datos revelaron que durante 2016 se habían registrado 11.466 muertes de niños y niñas menores de un año, lo que suponía un aumento del 30,1% desde 2015, cuando la cifra fue de 8.812  

¡No viene a mi mente ninguna noticia que denuncie que en algún lugar del mundo han muerto 20,000 bebes menores de 1 año en un período de 24 meses, es decir un promedio de 800 bebes por mes!   https://www.amnesty.org/es/countries/americas/venezuela/report-venezuela/

José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo para las Américas de Human Rights Watch, alerta que se debe declarar Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela. La ONU debería liderar una respuesta a gran escala a la emergencia humanitaria en Venezuela.

Nuevo informe: https://www.hrw.org/…/se-requiere-una-respuesta-gran-escala…

A estas atrocidades se suman: “Separación familiar, niños abandonados en las calles, niños y niñas abusados física y emocionalmente”.

El mundo de los niños se mueve en dimensiones muy diferentes a las de los adultos. Para ellos, indistintamente de lo que suceda, “lo normal” es estar rodeados de amiguitos, alegrías, caramelos, baile, diversión, colores, princesas, héroes y fantasías del futuro. Mi llamado es a los padres, para que, a pesar de esta horrible y extremadamente difícil situación, se esmeren en preservar a los niños dentro de esa “mágica burbuja”, que utilicen los pocos recursos disponibles para minimizar el impacto emocional de esta terrible crisis en nuestros niños.

  • No inmiscuirlos en conversaciones, audios, etcétera, que inciten al odio y la violencia. Eso los pone nerviosos.
  • Proveerles un sentido de seguridad, que sepan que hay dificultades, pero que pronto todo estará bien.
  • Aprovechar la oscuridad para sentarse alrededor de una vela e inventar un cuento entre todos, jugar a las escondidas.
  • Dibujar con ellos, recortar, jugar domino, lego, ¡bailar con ellos!
  • A falta de TV, muestrales videos en tu celular con mensajes infantiles positivos como este: https://youtu.be/1lo-8UWhVcg
  • Pregúntales: ¿qué piensan? ¿A que le tienen miedo? Para que conozcas sus temores y puedas manejar sus inquietudes con respuestas que les generen tranquilidad y seguridad. Recuerda que ellos no tienen el control de nada, solo de sus juguetes, por lo tanto, dependen de la seguridad y bienestar que le brinden los adultos.

“Yo quiero que arregles Venezuela para que mi abuela tenga sus medicinas”, manifestó una menor que se acercó a María Corina Machado.

Hagamos nuestro mejor trabajo para mantener las preocupaciones de los niños en el mundo de los niños. Preservar su salud y su bienestar físico y emocional. Es imposible aislarlos completamente de la triste y fuerte realidad que se vive, pero hagamos el mayor de los esfuerzos por no trasladar el efecto del mundo adulto en la ingenuidad y belleza que debe prevalecer en el mundo de los niños, particularmente de nuestros niños venezolanos, tan impactados por esta crisis.

¡Que vivan los Niños, que Viva el futuro de Venezuela!

Amalia Bustamante