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Boves está en Caracas – Por Raef Zibaqui

By 7 febrero, 2019No Comments
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“Leales siempre, traidores nunca”. ¡Caramba, José Tomás! Te has dado la tarea de recurrir cuanta guarnición militar existe en Venezuela y no para asegurar la fidelidad de tus huestes. Sabes bien, que tras esa proclama hay un trasfondo de cómo entraste a Caracas. La lealtad comprada con el pillaje, es una lealtad sucia y poco honorable. Demasiada sangre derramada a lo largo de las sabanas, de los caminos polvorientos de los llanos, hasta en los caseríos más miserables llevaste la muerte en nombre del Rey; pero tu rey está muerto, solo peleas por codicia, no hay nada leal en tu lucha, no hay nada heroico en tu nombre.

Al final del día lo único que tienes son soldados, pero no duermes bien, tus demonios te invaden en las horas de sueño. Ya no queda mucho que saquear, y sin oro, ni tierras que ofrecer, cualquier cosa es baladí. Y tus soldados aprendieron a obedecer por recompensa, cuales perros salivando a la hora del rancho. Por eso fuiste a buscarlos, a mirarlos a los ojos, a suplicar te devuelvan el favor. Quien bajó los ojos, al ritmo del piquirico, lo enviaste a la desgracia. No hay fidelidad, ni lealtad, menos hombría en eso José Tomás.

¿Te acuerdas de Pedro Zaraza? No hay forma que no lo recuerdes, es tu compadre. Tienes una deuda pendiente con Zaraza y él está dispuesto a cobrarla. Zaraza te está acechando, tu compadre, te está sitiando.

El problema de los caudillos es que se creen reyes, se creen infalibles, se creen dueños de las vidas ajenas y los importa el dolor. Se creen eternos, y la eternidad no existe para los mortales, se creen dueños de todo y por eso roban y saquean, y después mercadean la fidelidad. Los caudillos hablan bonito, pero sólo para los oídos que necesitan escuchar. Ahora que lo veo bien, tu no eres José Tomás, sólo tratas de imitarlo. Tu Taita también hizo lo mismo. En todas partes decía que Bolívar nace cada cien años, Ezequiel decía lo mismo, impostores todos. También Boves nace cada cien años. Pero nadie alardea imitándolo.

No, tú no eres José Tomás, eres tan impostor como tu Taita. Le tienes miedo a Úrica, tu destino está sellado. Lo que no sé, es si tu compadre Zaraza sea el que rompa líneas junto otros siete lanceros y decida cumplir con el destino. Y el destino no es otro que la justicia.

Pobrecita mi Venezuela, que me la han saqueado seis siglos, a ella también tenemos que hacerle justicia, para que no existan más los  Zamora, mucho menos los Boves.