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Venezuela es un país completamente diferente al resto de países que conforman el continente americano, eso es algo indudable y algo que lo caracteriza es un desesperado grito que surge en medio de tanta desesperanza, ese grito es: ¡Libertad!

La Libertad es la capacidad de la conciencia para pensar y obrar según la propia voluntad de la persona y eso conlleva también una responsabilidad, esto es uno de los derechos fundamentales de individuo que desde hace mucho tiempo está siendo vulnerado por el régimen asesino de Maduro.

El pueblo venezolano se cansó de las soluciones convencionales y decidió dar el siguiente paso como esa sociedad civil que en 2017 demostró que los derechos se exigen, no sé mendigan. El rumbo al Quiebre no es otra cosa que organizar a la ciudadanía para luchar contra la tiranía que hoy tiene secuestrado el poder en Venezuela.

Desde hace tiempo venimos siguiendo un manual de lucha claro, que realmente nos permitió luchar contra este régimen superando toda clase de obstáculos, porque definitivamente ya cualquier protesta, asamblea, reunión u otra actividad es un hecho de desobediencia, acto democrático contemplado en el artículo 350 de nuestra constitución.

Hay protestas a diario por distintas razones, cosa que debilita a los que hoy se robaron las elecciones y se hacen llamar gobierno, pero todos los venezolanos estamos claros de que Maduro es ilegitimo. Cosa que suena sencillo de decir, pero 30 millones de venezolanos dentro y fuera de las fronteras de este suelo lo declaran así y el respaldo de la comunidad internacional ha sido contundente, nunca antes visto, una clara evidencia de que Venezuela no es un punto más en el mapa.

Ya es momento de dar la estocada final, Venezuela tiene un poder legítimo, la Asamblea Nacional. Los diputados tienen el respaldo del pueblo y en concordancia exigimos sea aplicado el artículo 233. El único presidente que tiene Venezuela se llama Juan Guaidó, pero precisamente nosotros más que nunca sabemos a lo que nos enfrentamos y le decimos a la Asamblea que debe asumir esta responsabilidad con el pueblo venezolano. ¿Qué falta entonces?

Tenemos una oportunidad histórica de avanzar a la transición política y no la podemos dejar de lado, todos tenemos la obligación de convertir este proceso en una ruptura histórica para dejar atrás un Estado criminal. Maduro es un usurpador y no es reconocido, en cabildos y demás demostraciones ciudadanas se lo dejaron claro y este 23 de enero aún más claro le debe quedar.

El mansaje es claro e inequívoco la Asamblea tiene el apoyo de los venezolanos, las fuerzas armadas deben ponerse del lado de la historia para así consolidar la transición, estamos transitando sin duda alguna los días finales de la dictadura de Nicolas Maduro.

Vente Joven Los Salias