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(Caracas. 14/12/2018) La noche de este jueves, María Corina Machado, coordinadora nacional de Vente Venezuela, participó en un encuentro ciudadano en Montalbán, Caracas. Desde la plaza Asocodazzi, llamó a los venezolanos a encontrar razones para tener esperanza y ratificó que si algo estamos los venezolanos, es listos para esa Venezuela en libertad.

A continuación, su discurso completo:

 

 ¿Quién de nosotros va a vivir en esta Navidad la experiencia de una familia unida y completa? ¿Quién va a tener esa noche buena, como lo vivimos de chiquitos?

Este profundo dolor que todos sentimos tiene que ser una fuerza que nos impulse a asumir por qué está pasando lo que está pasando en Venezuela. Por qué enfrentamos a la familia desgarrada, una por una, de manera intencional, no casual. ¿Qué es lo que hoy el régimen que se ha instalado pretende hacer de nuestro país, de cada uno de nosotros?

Nosotros no estamos enfrentando una dictadura en Venezuela. En Venezuela existe un Estado criminal. Han buscado convertirnos en una sociedad que huye simplemente para salvar su vida o de esclavos, los que nos quedamos.

Tenemos que asumir que hemos llegado a una encrucijada extrema y definitiva. Está claro que aunque seamos más del 99% estos tipos no dejarán el poder por la vía electoral, ni por un falso diálogo. Se han instalado y tienen la pretensión de quedarse para siempre.

Para enfrentar y derrotar a un régimen criminal hay que partir de un diagnóstico. No van a entregar el poder por las buenas y la única manera de parar esta hemorragia de los jóvenes que se van, de los abuelos que se mueren, es enfrentarlos con toda la fuerza, obligarlos, sacarlos de raíz de Miraflores.

¿Cómo los sacamos? ¿Cuándo? Esa es la gran pregunta. Cada día que se quedan, son más los que pierden todo, y ya no sabemos ni cuántos son. Es una urgencia existencial. ¿Qué hacemos? Asumir lo que son, entender dónde estamos y qué hemos logrado. Durante 20 años resistimos solos, los venezolanos aguantamos y enfrentamos con un enorme costo humano y espiritual, y aquí estamos, pero los últimos años han cambiado la dinámica. Logramos que el mundo actuara. Solos no íbamos a poder lograrlo.

Hoy, lo único que sostiene a Maduro y sus mafias es precisamente ese sistema criminal, ya no le queda más nada: el país lo repudia, y cuando nos digan que este país está dividido, a un lado con ellos. A Maduro no le queda nada, es un paria político; nosotros tenemos todo. Maduro no tiene gente, no tiene plata, no tiene respaldo internacional; no tiene a la Fuerza Armada Nacional, se le volteó.

Los militares que me encuentro en vías de Venezuela me dicen “no nos abandones, no te rindas, cuenta conmigo”, y yo les digo: “sí, yo cuento contigo, y tú sabes lo que tienes que hacer”. A la tiranía y al tirano se le desobedece, y cuando el pueblo y la sociedad desobedecen, caen.

Este es un país que no hace mucho, en el año 1958, se enfrentó a un tirano y ahí hubo una unidad entre ciudadanos civiles y militares, esa es la unidad. Dijeron “se acabó” y eso es lo que hoy nosotros le planteamos al país. Lo que hacemos hoy aquí es desobediencia y rebeldía pura, que se debe manifestar incluso fuera de este espacio.

Pero como hay cosas que suman presión, hay cosas que bajan presión, como válvulas de escape. Hay unos que dicen que vamos a salir por un falso diálogo, generar un esquema de convivencia. Ya no más. Los venezolanos entendimos y tenemos muy claro quién es quién, y asumimos la responsabilidad de enfrentar esto con todas sus consecuencias, porque esa Venezuela lista para desplegar sus capacidades no está esperando que le regalen nada.

Acabamos de estar en Camaguán, Guárico, en el corazón de Los Esteros. Allí empieza a surgir una industria de producción de casabe, chamos emprendedores que me decían: “vamos a montar una casabera que le va a exportar casabe hasta a los venezolanos que están en Australia, y no queremos que nos regalen nada, sino que nos dejen trabajar, que nos dejen soñar y ponerlo en práctica”. ¿En qué consiste esa Venezuela? Una Venezuela donde se respete al maestro, que nuestros chamos tengan acceso a la mejor tecnología, que podamos salir de noche, donde haya enorme respeto por el servidor público: el concejal, el empleado, el presidente.

Esa Venezuela de trabajo, esfuerzo y donde se estimula el mérito no es una Venezuela de socialismo, es una Venezuela de libertad, y esta es una Venezuela cada vez más liberal.

Sí, estamos enfrentando el momento más oscuro, más peligroso y la Navidad más triste, pero aquí estamos una Venezuela resiliente. He escuchado decir que los duros se fueron, pero aquí no quedó una Venezuela residual, sino una Venezuela resistencia y dispuesta a echarle bolas para sacar a este país adelante y hacer que ese joven vuelva, pero hay que hacer una labor cotidiana, cada uno en su trinchera y con sus habilidades.

Necesitamos una conducción que defina a dónde vamos y para dónde seguimos, y si alguien viene a decirnos que no tenemos fuerza, a un lado, a ese no se escucha. Esta es la hora de confiar en lo que somos y lo que hemos hecho, y si hay algo que puedo transmitirles es que yo conozco nuestro país y lo que siente cada rincón de nuestro país. Aquí no hay derrotismo. Sí veo una sociedad que se siente defraudada y decepcionada, y con razón, porque hemos tenido varias oportunidades y hemos estamos muy cerca, pero una dirigencia política no estuvo a la altura. Por eso, llegó la hora de entender quiénes conformamos esta nueva conducción que no se va a rajar a la hora de la chiquita porque ese punto de quiebre que estamos construyendo va a llegar, y va a llegar dependiendo de lo que hagamos cada uno de nosotros.

Mucha gente me pregunta cuándo, cuánto falta. Este no es un tema de días y de horas, esto es un tema de niveles de fuerza; si esa fuerza de adentro y de afuera la ponemos en un día, será un día, pero es un tema de fuerza, porque a los criminales hay que ponerlos entre la espada y la pared, y ahí sí negocias, pero no antes, desde una posición de debilidad.

Este es un momento de entender que la fuerza que falta tenemos la posibilidad de construirla, la estamos trabajando: de afuera y de las instituciones, pero la más importante y decisiva es esta que está aquí, la fuerza que denuncia y protesta.

Y en estas navidades, difíciles, veamos el cielo y abracemos duro a los que tengamos cerca, y digamos cuánto queremos a los que están lejos, y vamos a decirles que aquí nos preparamos para que vuelvan. Si algo estamos, es listos.

Intervención completa de María Corina Machado en Montalbán, Caracas