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8:30 am del 03 de diciembre, inicia la travesía desde Maturín, un viaje con historias de venezolanos en el exilio, contadas por Sonia, amiga de quien conduce, el diputado Juan Pablo García, su destino, Canadá. En el peaje de Barcelona, se une al viaje el diputado Omar González. Rodar por carretera con estos dos personajes es la emulación de un Stand Up Comedy de humor político venezolano.

Si hay algo que me gusta de Caracas es ese frío de montaña que cobija la urbanidad. Al llegar a la Quinta El Bejucal, Claudia, Gabriel (Gabito) y Santiago me dieron la bienvenida, y me advertían entre risas que “me sacarían la chicha en la gira”. María Corina estaba reunida, luego de eso pudimos saludarnos, y chocando los puños también advertía que iríamos a Barquisimeto y San Felipe a “trabajar duro”; estas ‘amenazas’ me emocionaban. Pude ver en vivo y tras cámaras, una entrevista para NTN24, a María le gustan las cosas claras y justas, en principio, la entrevista no lo era, pero luego marchó todo bien.

El martes 04, recorrí el centro histórico de Caracas y algunos centros comerciales, en estos, la soledad aterra. Subí al metro en la estación Capitolio, también subió un joven de unos 23 años, que me preguntaba la hora, le dije que no tenía pero que debían ser aproximadamente las 4:30 pm. Preguntó a otra persona y esta le mostró su reloj, entonces entendí que es sordo; me contaba una historia que creo haber entendido a la perfección, llegando a su barrio (Las Adjuntas, me lo señaló en el mapa del metro), unos tipos lo abordaron para preguntar la hora, en realidad era para robarlo; relataba que mientras eso pasaba, llegó alguien que le conocía y hubo un enfrentamiento para defenderlo, su amigo, quedó herido en el abdomen, él sin teléfono; me estrechó su mano y se bajó en la estación Plaza Venezuela, yo seguí hasta Altamira.

5:45 am del miércoles 05, el frío está apoderado de Caracas. Iniciamos el día en El Bejucal con una buena dosis de humor de la Diputada Dignora Hernández, quien con insistencia afirma que es de Guama, en Yaracuy; entre cuentos de la Asamblea Nacional, desayunamos, y a las 6:30 am iniciaba una nueva travesía por carretera, hace ya un buen tiempo a María Corina no la dejan pisar los aeropuertos, pero eso no es impedimento, para ella, recorrer Venezuela por carretera la hecho conocer cada pueblo y mil historias. Se ha crecido. Ella viaja junto a Dignora y Gabito; yo viajo con Anthony, Santiago y la periodista de Sumarium.

En la vía a Barquisimeto el contraste de cada paisaje, hace enamorarte más de Venezuela. A media mañana llegamos a Puerto Cabello.

– Hola, buenos días, soy María Corina ¿Cómo estás?

Su tradicional saludo, acompañado de su incansable sonrisa, esta vez, a la muchacha que atiende el local donde se desayunó un Sándwich y compartió un mocaccino con quienes le acompañamos en carretera; mientras eso sucedía, en nuestra mesa, Dignora intentaba explicar a Jornelly, de Sumarium, como es la ‘Guama’, a lo que comenté:

– Es una fruta así, verde y larga.

Ante lo gráfico de la explicación, las risas fueron inevitables.

Son un poco más de las 11:00 am, desde Yaracuy puede verse a lo lejos el monumento a la Divina Pastora. Recorrimos unos cuantos kilómetros más y ya estábamos en la ciudad crepuscular, ¡Barquisimeto, te quería conocer! Llegamos a la Plaza San José, en el centro de la ciudad, luego de una foto tomada por Santiago, María Corina sale del carro y comienza la caminata junto a otros dirigentes de la región. Su saludo y su sonrisa le acompañan, pero comienzan las historias que muchos no quisiéramos escuchar y que a cualquiera le borran la sonrisa y se desploman, ella es fuerte. Una mujer en silla de ruedas, paciente renal, le comenta que no tiene tratamiento, va todos los días a la plaza junto a sus dos hijas que no superan los 12 años, ellas la cuidan.

 

– Esta es la Venezuela en la que creo, que hermoso todo esto, vamos a echar pa’lante. Dice María, al encontrarse con unos cuantos locales de artesanías navideñas.

Avanzamos por el centro de Barquisimeto, no le gustan las barreras, se sentía poco libre tras la pancarta, y luego de declarar a los medios sale de ella, y ahora sí, es María Corina. Camina por la calle saludando y abrazando a quien se le acerca, recoge historias, alegrías, llanto; devuelve esperanza. No tengo el corazón tan fuerte como ella, me alejo por 3 minutos de la multitud para respirar profundo, y tragar lágrimas. Me reconforta que no han perdido la esperanza, y saben que hay gente trabajando para liberar a Venezuela.

Cerca de donde estábamos se encuentra la Gobernación del estado Lara, hoy secuestrada por mafiosos. Dispusieron un cordón de seguridad con el cuerpo antimotín de la policía estadal, María Corina se les acerca y saluda a cada uno de ellos, ninguno puede ocultar su sentimiento y admiración; a baja voz muchos le dicen, “sigue luchando, estoy contigo”; otros solo le responden con una sonrisa, y ella le contesta, “de esta vamos a salir, con ustedes, porque los que se han ido los vamos a traer de vuelta”.

Sigue el recorrido y mucha gente saluda desde los edificios, ella sale del medio de la calle y sube al balcón de uno de ellos, desde donde saluda a los guaros y les dice, “así se hace Barquisimeto, los quiero”. El recorrido termina sobre un camión, y con bandera en mano les dice a los barquisimetanos: “Aquí hay un pueblo que está harto del cinismo, la mentira y la maldad, hemos llegado al momento definitivo para decidir el futuro de Venezuela y de cada uno de nosotros, solo hay dos posiciones, o enfrentas a la tiranía con todas tus fuerzas o eres parte del sistema, no hay puntos medios”.

Mientras se desarrollaba la caminata, las Redes Sociales explotaban, desde Londres, la Liberal International anuncia el reconocimiento a María Corina Machado como personalidad del año 2019, por su  destacada labor en la lucha por el rescate de la democracia y la libertad en Venezuela. Tuvo dos entrevistas en diarios larenses, y almorzamos en la sede de El Impulso; si su pasión es el chicharrón ¿cómo iba a resistirse a un pollo frito? Me preguntaba cómo me parecía la gira hasta el momento, me tomó desprevenido y solo respondí: “bien, no me han sacado la chicha todavía”. La tarde finalizaba en el salón Amazonía, en un foro donde cada palabra de Zapata, Sandoval, Aure, Pilieri, Alviarez y Machado estaban cargadas de una energía extraordinaria, que te hace aferrar más a la esperanza y a la libertad, y ver cada vez más cerca el país que soñamos, junto a los que se fueron.

 

Jueves 6 de diciembre, antes de partir de Barquisimeto, tuvo dos entrevistas, en Promar TV y Latina TV.

– Solo pasa María Corina, prensa no entra. – Dijo el vigilante de la Televisora.

– Él (Gabito), entra conmigo. – Refutó María.

A pesar de este incidente, en ambos canales se reconocía el valor y la importancia que ha tenido María en la vida política venezolana, su coherencia y su valentía nadie la puede ocultar.

Mientras desayunábamos, venían a mi cabeza los regaños de mi infancia cuando me comía el queso solo, fue inevitable sonreír para mí, al verle tomar una bandeja de queso blanco, picar y comer. Fue recibida con aplausos en la panadería y se hacía fotos con quien se le acercaba, y resumía la visita a Lara con un “la gente está clara”; antes de partir, grabamos un vídeo, esta gira para mí es un premio.

En la vía a San Felipe saluda a todos los oficiales de la FAN y Policía que se encuentra en la carretera, detrás de nosotros, nuestros “amigos” del SEBIN, quienes nos siguieron durante todo el recorrido. Al llegar a la Plaza Don Teófilo Domínguez en Yaracuy, el ‘parquero’ que estaba en la plaza ayudaba a estacionar el vehículo, sin saber quién llegaba en él, cuando se bajó, ‘chalequeaba’ al señor porque tenía puesta una gorra de los Navegantes del Magallanes (mi Magallanes del alma), y luego conversó con un abuelo que paseaba a su nieta, por la plaza, que también se llama María.

Caminamos por las calles de San Felipe, una bandera gigante de Venezuela, una mujer que grita su discurso desde un camión, era Dignora, la misma de Guama; un joven que tiene 20 años desempleado, un señor que vende zapatos usados para sobrevivir, una señora que pide que por favor le compre un jugo de guayaba, unas galletas que le regalan; un discurso enardecido que anima a los Yaracuyanos. Tras gritos de ¡fuera Maduro!, Machado le dice a la multitud con firmeza: “Nos acusan de impacientes y radicales, ¡Sí, lo somos!, somos radicales ante la injusticia y la corrupción; aquí no hay puntos medios”.

Si no se resistió al pollo frito, mucho menos a la pizza. Almorzamos y comenzó el retorno a Caracas, dejábamos atrás las montañas de Sorte.

De Barquisimeto, me quedo con la energía del salón Amazonía y la sonrisa del Policía estadal retratada por el lente de Santiago.

De San Felipe, me llevo las ganas de no rendirse se su gente, y el buen humor cautivante de Dignora, quien se quedó en Guama, su casa, y regresaba luego a Caracas.

¿Cómo llegué a la gira con María? Gané el primer concurso de Microcuentos de Libertad de Vente. Confieso que nunca pensé en ganar, pero me lo disfruté.