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Una palabra en desuso, otrora muy común en la idiosincrasia venezolana, por muérgano se entiende un hombre mujeriego, por muérgana una mujer deshonesta, o al menos grosera. De tanto utilizar la palabra, lentamente fue mutando su significado, al punto que la gente terminó por olvidarlo, pero conservó el impacto que la misma generaba en una discusión. Muérgano es un insulto, que otrora podía considerarse una afrenta. Hoy día “muérgano” a nadie ofende, está en la categoría de los insultos livianos que muchas veces se usan como demostración de cariño.

Dicen que la palabra «muérgano» es un venezolanismo que proviene de la palabra “Morganers” un término en inglés que se les daba a los temibles piratas del Caribe que acompañaban al temido Pirata Morgan, que acechaba y saqueaba en Venezuela las costas de Coro y Maracaibo.

Pero “muérgano” también es una palabra usada en Colombia y en Ecuador, y significa de mala condición, grosero o deshonesto, Que tarda en hacer lo que debe, o lo hace con pereza, Objeto Inservible, viejo o estorboso.

Venezuela ha sido víctima del más atroz de los saqueos. Los saqueadores están plenamente identificados, el saqueo, por cuantioso, ha sumido a Venezuela en la mayor tragedia de toda su historia, a un punto tal, que la desaparición del país no es una novela dramática de ciencia ficción. Es un riesgo real que debemos enfrentar y evitar. A esos saqueadores no podemos etiquetarlos de muérganos. Son unos criminales que deberán comparecer ante la justicia, y aún cuando podemos sentir la necesidad de venganza, debemos dejar a un lado las emociones. Justicia. Esa será la clave de la reconciliación, tan necesaria para el progreso de las generaciones venideras, para los herederos de nuestro esfuerzo, para los inocentes de nuestros errores y desaciertos.

Desde hace algún tiempo, no tan lejano y casi inmediato, un grupo de intelectuales, periodistas, analistas y voceros políticos vienen esgrimiendo una tesis acerca de la necesidad de volver a hacer política, de trasladar el debate hacia un centro político, a apartarse de los radicalismos, utilizando semióticamente esa expresión, apartando la realidad de lo que significa la visión radical de los problemas. Como no soy juez, ni me creo dueño del monopolio de la verdad, presumo de la buena fe de esas personas. Pero como mi apreciación es diferente y estoy convencido de estar en una situación extrema, también estoy convencido que tenemos que tenemos que estar en una posición extrema. Y no es impropio asumir que desde la otra acera, hay quienes tienen esa misma posición extrema, que se atrinchera en el poder de las armas y que son los responsables de la implosión social y la tragedia cotidiana del ciudadano de a pie.

Mibelis Acevedo, Fernando Mires, Vladimir Villegas, Rafael Arraiz Luca, Francisco Bautista, entre otros, son algunos de los nombres que a diario profesan la necesidad de deslindarse de posiciones extremas, o radicalismos, según su verbo. A todos ellos, como no dudo de su buena fe, si los etiqueto afectuosamente de muérganos. Rafael Poleo, que no es un muérgano, porque no tengo afectos para él, ataca a diario a la plataforma política de Vente Venezuela y a su principal figura, argumentando, entre otras cosas que sólo representamos el 5% de las voluntades de Venezuela. Y esa matriz de opinión, mal intencionada, se genera para crear la impresión que lo que representamos es desdeñable ante la posibilidad de una eventual oportunidad de llegar a acuerdos con aquellos que están en la acera opuesta.

No sean muérganos, la única plataforma política que ha crecido en 2018 se llama Vente Venezuela, el único liderazgo que, hoy por hoy, genera confianza en esa Venezuela que adversa a la dictadura, es el de María Corina Machado, mucho cuidado con querer apropiarse de esa representatividad que nadie les ha conferido, y más cuidado aún , sí osan a llegar a acuerdos que permitan juramentar a Nicolás Maduro el 10 de Enero de 2019 ante la Asamblea Nacional, porque estarán dando al traste, y a las patadas, todo el apoyo de la comunidad internacional. Cuidadito, “Muérganos”.