Quienes te hacen sentir vergüenza por tu talento y han criticado tus convicciones. Quienes te señalan en mala forma por tus grandes ideas independientes y rechazan tus propósitos u objetivos. Quienes te juzgan por los bienes que has obtenido, y además, por permanecer con ellos. Quienes repudian tú derecho a pensar, e incluso a vivir. Son promotores de la ética saqueadora.
Nos han hecho creer que el uso del “yo” está mal, y que vivir para sí mismo es cruel e inmoral, el actuar para complacer los propios intereses es egoísmo o avaricia y alcanzar la felicidad individual no debe ser un norte. Estos saqueadores aborrecen al individuo y en nombre de “todos” no respetan ni valoran a nadie, denuncian la independencia para condenarnos a la dependencia, repudian la libertad y practican la esclavitud, de hecho, este es su interés principal.
Ni un poco de superioridad moral tienen los colectivistas, son de hecho, el grado más alto de depravación humana y representan el génesis de cualquier tiranía histórica o pre-histórica. Solo un depravado piensa que un individuo debe vivir para otros, y por medio de otros. Es la misma lógica de un ser vivo orientado a una vida parasitaria, y su principal motivación, es la envidia.
¿A qué precio hemos tenido que pagar estas ideas? Hoy los venezolanos lo sabemos muy bien, se ha establecido una tiranía de dos décadas que justificó todas y cada una de sus acciones hasta ahora, en el famoso bien común del “pueblo”. Pocos cuestionaron las expropiaciones, los robos, y las constantes violaciones de derechos humanos porque se aceptó la cruel idea de que un hombre puede ser sacrificado para el colectivo.
¿Cómo revertir esta situación?
Es sin lugar a dudas uno de los mayores retos en la actualidad, para ello, hay que entender la importancia del individualismo como motor de desarrollo social y moral en una sociedad, acabando así con el parasitismo social. El individualismo es la exaltación del individuo y se inclina a una esfera clara: El hombre debe ser libre para elegir, decidir y pensar sin ser coaccionado por el colectivo, comprendiendo un gran principio, el hombre es un fin en sí mismo, y no un medio para los fines de otros.
Es precisamente bajo esta premisa de ver al hombre como un fin en sí mismo, que se han logrado los mayores descubrimientos, avances tecnológicos, crecimientos económicos y mejoramiento en el nivel de vida de los hombres en la historia de la humanidad, y es la divulgación de la ética saqueadora quien rechaza esta premisa, alegando así que el individuo no tiene derecho a su propia vida, dejando en claro, que para ellos la energía, el trabajo y conocimiento debe ser para el colectivo, así como sus logros. No hay nada más inmoral que eso.
Las mentes creadoras que han sido tan maltratadas a lo largo de los siglos, tildadas de codiciosas y arrogantes, son el efecto-causa del porque hoy contamos con los beneficios de la modernidad de estos tiempos, y del porque hoy las naciones en su mayoría gozan del privilegio de esos avances. Gracias a los emprendedores individuos que no necesariamente pensaron en el bien común, ni el bien de la mayoría, por el contrario, persiguieron su interés personal, se encontraron fieles a sí mismos, a sus proyectos de vidas, sin dejarse afectar por la presión colectiva. Ellos se alimentaron del ego, la razón y la autoestima. Sepultando al “nosotros” y exaltando el “yo”.
@Frannk97