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por estos días la tensión política ha crecido, con todos preguntándose qué hacer y cómo responder ante los avances de la tiranía, pues, esta parece una locomotora que avanza hacia un barranco en la que arrastra a todo un país hacia el abismo.

Como toda locomotora, para detenerla se necesita parar su caldera, lo que le da potencia para avanzar, y a esta tiranía le otorga potencia los servicios de inteligencia, la policía, los militares, las prisiones como la tumba, PDVSA y el narcotráfico. En estos puntos debe concentrarse la acción política.

Esto, para debilitar la dictadura y colocarle en un punto de debilidad e ingobernabilidad que pueda aperturar una ventana de cambio político en la que la ciudadanía pueda ir tomando espacios y control político sobre instituciones hasta lograr el cambio político y sistema de país hacia un modelo republicano y democrático en el cual se respeten los derechos humanos y las libertades individuales.

Esto no es cuestión de un momento a otro, es cuestión de disciplina, pues los civiles deben ser formados para este objetivo y no necesariamente una cantidad abrumadora, pero si un número suficiente que comprenda que el objetivo es un país democrático, en donde los civiles sepan cómo protegerse de los abusos de la tiranía, y los costos y peligros que se asumen al enfrentarla, pues, las tiranías no respetan la vida al momento de hacer el enfrentamiento político que tenga como objetivo la Venezuela democrática y republicana de libre mercado.

En este desafío político se buscará agravar las debilidades de la dictadura como por ejemplo seguir haciendo presión internacional contra los crímenes de narcotráfico y lesa humanidad, alentar a los militares institucionalistas que se pongan a derecho y sirvan a la República y no al deshonor que representan las actividades delictivas, pues el crimen no tiene ideología y  mucho menos nada de bolivariano.

Se debe buscar la desobediencia, pues, este sistema ya carece de legitimidad y eso es algo que se debe remarcar mucho y actuar en consecuencia, como por ejemplo, contribuir con decisiones tomadas por el TSJ en el exilio. La vía es la desobediencia y no-cooperación en la cual se debe dirigir un mensaje directo a los empleados públicos de forma transparente en el cual contenga no más sumisión, no más cooperación y no más obediencia. En esencia, no más miedo pues las tiranías solo quieren un país o de exiliados o de esclavos y si los venezolanos nos paralizamos por el miedo solo podremos escoger entre el socialismo o la muerte.

En este sentido también se debe colocar el foco sobre los símbolos, mitos e ideologías. Se necesita un trabajo propagandístico como por ejemplo el documental socialismo la peste del siglo XXI, ya que lo civiles para comenzar contamos por ahora solo con herramientas simbólicas y psicológicas para continuar este desafío político en el cual no debemos rendirnos sino poner nuestra creatividad a volar para realizar dos acciones: 1. promover una cultura de libertad y país republicano y 2. Destruir los mitos, símbolos e ideología de la revolución socialista. Por esto y más, los civiles en esta lucha debemos reinventarnos cada día hasta alcanzar una Venezuela libre y prospera.