Santa Ana de Coro fundada el 26 de Julio de 1527 por Juan de Ampies y declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, el 9 de diciembre de 1993 por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), hoy se encuentra convertida en basurero público. En la actualidad, debido al mal manejo de los desechos sólidos, recolección y disposición final por parte de las autoridad municipal y regional, se han observado en varios sectores de la ciudad cúmulos de basura, que en algunos casos contienen desperdicios orgánicos como carne y pieles de anímales que inducen a aves carroñeras –zamuros- a trasladarse esos sitios.
Esta situación causa la proliferación de agentes, moscas y ratas que transportan microorganismos patógenos, entre ellos bacterias, virus, hongos, causantes de enfermedades como amibiasis, conjuntivitis, leptopirosis y entre otras.
Un incremento en la acumulación de basura en diversos sitios de la ciudad puede conducir a un incremento de personas infestadas con las enfermedades antes mencionadas, lo que originaría un problema de salud, difícil de resolver en estos momentos, dada la crisis en los centros hospitalarios de la ciudad por la falta de medicinas y otros insumos indispensables para el tratamiento de los pacientes.
Los camiones recolectores de la basura que anteriormente pasaban por barrios y urbanizaciones dos veces por semana, hoy duran hasta más de un mes sin recolectar los desechos sólidos producidos por los habitantes.
Además de la planificación inadecuada del Instituto Municipal del Aseo Urbano (IMAU), ente adscrito a la Alcaldía del Municipio Miranda, en cuanto a los días de recolección de la basura, la mayoría de las veces no han utilizado camiones compactadores, si no camiones abiertos, botando basuras en las calles mientras es trasladada a un botadero de basura que no cumple con las especificaciones de un relleno sanitario, ensuciando aún más a la ciudad.
Hoy, al cumplir 491años de fundada, los corianos deseamos ver a nuestra ciudad, sin basura, ni huecos en las calles, preservada debidamente para poder así conservar para las futuras generaciones el Título de Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.