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Me cansé de esperar que un intelectual lo diga, un periódico lo expanda o que un progre lo acepte. Hablaré de la pobreza, sí, pero hasta donde la naturaleza humana me respalde y hasta donde mi respeto lo permita. No hablaré de Venezuela entera porque sería minimizar algo que vemos en todo el globo terráqueo.

Durante tanto tiempo lo único que logramos ver en las noticias son cifras, un cartón o una gráfica digital que mide siempre lo mismo; Pobreza, Pobreza extrema, Desigualdad Económicas etc. Siendo así medida la eficiencia de los modelos políticos o los mandatarios que en su turno fueron “responsables” de esos males indeseados por todo el mundo.

Ciertamente hay un toque de responsabilidad en los gobiernos, pues la responsabilidad de estos es proporcional a la libertad que estos permitan en su mandato, de ahí en adelante es solo del individuo, ese que le enseñó la vida que al cumplir la edad adecuada debe separarse de sus padres al igual que un ave, pero que parece (en algunos casos) que no comprendió que la emancipación debía ser igual con el estado, que solo él es dueño de su vida y nadie más es responsable, ciertamente el estado de bienestar es aun debate hasta en los Liberales, pero ese no es el tema de hoy.

Digo todo esto como una simple antesala del mayor ejemplo que deben tener los creyentes del individualismo a nivel mundial hoy en día:

Venezuela y su éxodo

Desde que comenzó el éxodo masivo por culpa del Socialismo en Venezuela se vuelve muy común oír constantemente los mismos relatos:

  • El que se fue y trabajo durísimo y hoy le manda dinero a su familia que aún vive en Venezuela.
  • El que se llevó la familia porque ya estaba estable donde vive.

Y aunque muchos lo relatan en forma de queja, el punto de coincidencia es que debieron trabajar duro y le bastó para que estos escenarios se dieran aun cuando se fueron de la peor manera. El venezolano cuando habla del tema también coincide en algo:

“El que emigra debe trabajar de verdad para poder vivir” incluso con un tono de sorpresa como si un ciudadano común no debe hacerlo de igual forma.

Entonces llega la inevitable pregunta que muchos tal vez hacen de distinta manera ¿Qué tiene de diferente un venezolano que se fue sin nada de su país a una persona de extrema pobreza de cualquier país? ¿Por qué consiguen trabajos que aun siendo considerados mal pagados -allá- le sirve para poder comer y no estar pidiendo en la calle? ¿Por qué cuando vives en tu propio país culpas a los gobiernos de la pobreza, si siempre hubo una forma de conseguir dinero?

Me lo pregunto porque quienes se van de aquí hacen Cursos, apostillan títulos normalmente, pero hay quienes no hacen nada de eso –hasta se van sin pasaporte en algunos casos- y todavía así sirven de alguna forma para algún empleo, entendiendo que lo ÚNICO que se necesita en esta corta vida para vivir bien es MOTIVACIÓN, pues la otra forma no es vivir si no sobrevivir hasta que la salud te falle o la vejez ya no te permita seguir a ese ritmo.

Generalizar es pecado, un mundo de individuos no debe ser tratado como masas, creer que todos tienen la misma situación es de ingenuos, hay justificaciones para una pobreza momentánea pero no para una que no quiere salir de ella, porque no ayuda tanto dar el pescado como enseñar a pescar ¿Qué se necesita para aprender? Responda usted mentalmente, prosigo.

De esa misma forma debemos evaluar las desigualdades económicas, esas que te insinúan de mala intención que aquellos que tienen más son los malos de la película y que los otros deben rebelarse o algo parecido. Si quieres tener algo grande debes trabajar para ello, arriesgarte y dejar de quejarte. Si quieres tener una vida sin tantos lujos esta igual de bien, cada cual según sus ambiciones y eso debe entenderse en pleno siglo XXI.

Aquellos venezolanos que hoy pueden comer bien fuera de su país deben servir de ejemplo para aquel colombiano, chileno, argentino o peruano (los lugares más habitados en el éxodo) y entender que si un refugiado consiguió empleo, él también puede hacerlo.

No es coincidencia que mis compatriotas busquen los países más prósperos en su cercanía para afrontar su incómoda situación, tal vez por eso nunca escuche de alguien que se mudara a Cuba, la Libertad es tan importante como las ganas y cuando eso se junta el único resultado que vemos es el éxito.

Espero que esta reflexión sirva también para aquellos que aún viven en Venezuela y los que vendrán cuando logremos la Libertad, porque harán falta esas mismas ganas para levantar este país.

La vida no es fácil, nadie dijo que lo fuera pero si ya estás en ella… ¡Muévete para hacerla mejor!

 

Coordinador Regional Vente Joven Falcón

@AleMolina_Vzla