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El problema social que existe en Venezuela con respecto a la seguridad es cada día más grave, un país que tenía comandos policiales en todos los estados, que a pesar de la falta de recursos trataban de cumplir con sus deberes, en un abrir y cerrar de ojos se perdió el control de las calles, no existe respeto hacia sus oficiales de seguridad y mucho menos para el ciudadano. El nacimiento de una Policía Nacional Bolivariana, con una nueva doctrina y un perfil Universitario para reemplazar la ya existente, pareciera no haber tenido los frutos esperados, sin menospreciar algunos casos que ocurren en la operatividad diaria. Hoy observamos en los diferentes medios de comunicación, noticias sobre oficiales de los cuerpos de seguridad con diferentes jerarquías, sindicados de quebrantar su juramento de hacer cumplir las Leyes, involucrados en hecho que van desde: secuestros, extorsión,  ejecuciones, cobro de vacunas, uso indebido del arma de reglamento, tráfico de drogas entre otros.  A su vez, en la calle el ciudadano que anda al margen de la ley no le importa ajusticiar cualquier ser humano en el momento de cometer un acto delictivo, esto muchas veces para que no lo delate ante las autoridades o simplemente por observarlo o no portar dinero, y de esto no escapan los oficiales bien sean CICPC, GNB, PNB. Esto ocurre porque  el delincuente sabe que lo van a matar y sale a la calle dispuesto, a responder  de igual manera, hay que aplicar la Ley con mano dura y hacerla respetar capturando, resolviendo el delito cometido y no solo matando.

 

Es de hacer referencia a los comentarios de los ciudadanos que en cualquier sitio manifiestan: ¿de quién hay que protegerse mas del que representa la ley o del delincuente que la quebranta?. En consecuencia perder el control de la calle, es también haber cerrado los anteriormente llamados puestos policiales, disminuir el servicio de patrullaje nocturno, los cuadrantes de paz que no funcionan y cuando responden llegan tarde.

 

Esta situación es culpa del régimen, que en su afán de mantener el poder han politizado las policías, con las consecuencias  ya expuestas; esto es otra razón más para salir de este nefasto gobierno. Desde Vente Venezuela, creemos que el problema del control de las calles tiene solución, para ello debemos encaminarnos hacia un cambio democrático que genere paz y tranquilidad en nuestra amada Venezuela.

 

Es muy común en los municipios cuando ocurre algún hecho delictivo este se convierte en un negocio redondo para los que dirigen el mando en esa área de seguridad y su inmediato supervisor, por aquel eslogan  de que los de abajo “También comen”  y por si fuera poco más grave aún es lo que está ocurriendo en el estado Falcón, por orden superior los oficiales que están de servicio en los diferentes puntos de control estratégicos, están pidiendo cualquier producto alimenticio, para dar de comer a los detenidos que se están muriendo de hambre, esto es más grave aún porque el pedir se puso de moda y en situaciones difíciles las costumbres se quedan y ellos los uniformados también piden para cubrir sus necesidades alimenticias.

 

A quienes les corresponda dirigir el tema de la seguridad les corresponde hacer un análisis profundo a esta situación que cada día  evoluciona más y canalizar de qué manera corregir tan delicada y compleja situación en la seguridad de los habitantes de nuestra amada Venezuela.