Dicen que un líder es aquel que te enseña a comprender el problema. Ahora imaginen que en lugar de ser la solución, este líder sea precisamente parte de ese problema, y mientras tanto, le otorgamos un rol protagónico. Un dirigente con historial, con malicia, con un arsenal de cosas que podemos refutar. Aun así, lo consideramos nuestro representante porque “es lo que hay”. Con esa actitud, caemos en un círculo de justificaciones que también nos hace participes del conflicto.
¿A dónde quiero llegar?
El régimen para completar un proyecto (perfectamente elaborado desde la Habana) cuya finalidad es hacer de Venezuela una hermana inseparable de Cuba (como diría el difunto al salir de la cárcel) utiliza una maquinaria mediática que a simple vista se ve inofensiva y absurda.
Al escuchar, leer o ver la información sesgada de algunos medios oficiales, nos reímos o hacemos un comentario negativo en modo irónico. Basta con ver ciertos canales, o la sección de noticias OBLIGATORIAS que deben transmitir en la TV nacional para saber a qué me refiero.
Lo peor es que eso es de todo menos inofensivo, y únicamente va dirigido a los serviles seguidores del proyecto. Ningún producto mediático de la dictadura es hecho para convencernos de que todo está bien, tampoco para que creamos en la guerra económica, ni para presentarnos su modelo como el adecuado. Es una constante alimentación de argumentos inválidos, y la razón de existir de aquéllos que defienden “con hambre y desempleo” a este régimen.
Con la misma intención pero con una efectividad patética se supone que la dirigencia “opositora” aglutinada en varios partidos intenta mantener su capital de fieles seguidores. Las grandes diferencias de alcance y estrategia entre los bandos (que hoy no se oponen) es sospechosamente beneficiosa para ambas partes, explico:
Mientras el régimen utiliza los medios de TV, Instituciones y su alcance en la totalidad del país para influir en el pensamiento de las masa, la dirigencia “super-especial” se aprovecha de la desinformación causada por “el enemigo” para ser la única oposición visible y nunca mostrar sus errores.
Gran parte del país no usa twitter, no tiene whatsapp ni internet para ver las noticias reales, muchos (y me consta) no saben AUN que el año pasado hubo reuniones secretas en República Dominicana y tuvieron que hacerse públicas debido a situaciones bochornosas.
El nivel de desinformación que vive el ciudadano lo deja a merced de la manipulación constante y eso deriva en la calma obligatoria que predican sus líderes. Dice George Orwell en su libro 1984 que “Quien controla el presente, controla el pasado y quien controla el pasado, controla el futuro”.
De esta manera se obtiene el llamado “hombre nuevo” que tanto necesita el sistema para vivir en los peores momentos. Un “hombre nuevo” que se opone al régimen pero hace lo necesario para mantenerlo ahí, de forma inconsciente y en el peor de los casos… De manera terca y consciente.
No hablo de aquel que no quiere abrir los ojos cuando le dicen “Nuestro objetivo no es sacarlos, queremos que rectifiquen sus medidas”. Hablo de aquel que nunca oyó ese discurso porque vive en una población donde sólo se mira la TV y el periódico, que vive en el siglo XX y en desesperación por buscar una salida le brinda su apoyo y confianza a la falsa oposición.
Aun así, con todo el aparato mediático de parte y parte, el país abrió los ojos y se ha dado cuenta de muchas cosas. Esto se traduce en decepción, migración masiva y poca participación en eventos electorales. Puede sonar negativo, pero es claro indicio de desconfianza hacia quienes los guiaron a un callejón sin salida.
Entonces queda la pregunta ¿A quién le hablan cuando dicen representarnos en el falso diálogo?¿Cuándo dijeron que lo que queríamos era abrir un canal humanitario sin más? ¿Quién está representado en esas acciones indignas? La respuesta es simple, representan a esa minoría que seguro en poco tiempo dirá “sin sentido y en desespero con la MUD me resteo”
¡A ellos le hablan! algunos inocentes y desinformados, otros porque se sienten soldados de una lucha ensayada. Sean mayoría o minoría es el mismo resultado, el verdadero cambio lo hacen pequeños grupos bien organizados.
Diría Einstein para el caso venezolano “No puedes creer en los mismos y esperar resultados diferentes”
Quien escribe esto, es un joven que viene de un pueblo, sabe lo que significa vivir en el mundo paralelo que plantea el sistema, vive y contrasta la información que se maneja en distintos lugares para así entender la conducta del ciudadano.
La frase que mas gusto me da utilizar es “El conocimiento es poder” y en casos como el anteriormente relatado, el poder lo tienen pocos, y es tarea de los verdaderos líderes hacer que lo tenga el ciudadano.
Alejandro Molina – @AleMolina_Vzla