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La lucha se convierte en una lucha cada vez más fuerte, como si de un videojuego se tratara. El nivel de dificultad es cada vez más alto, pasamos de estar en modo «mantequillita» a modo «arrecho»; y si creemos que no existe un modo más fuerte para este grado de dificultad, peor sería llegar a la etapa game over y tener que descubrirlo.

Aclaremos algunos conceptos: llamamos “nivel” a esa cercanía constante de situaciones entre complejas y no complejas. El “nivel” no es más que el avance progresivo para liberarnos y lograr el fin de la dictadura. Todo eso lo hemos visto últimamente con mayor claridad, pues, los escenarios han cambiado mucho desde el comienzo de esta nueva etapa. Entremos ahora en definir otro punto: «la dificultad».

La dificultad la definimos como la situación constantemente planteada en el país. A medida que avanzamos de nivel, esto deriva en un camino con más obstáculos, y esto se ve reflejado en la situación de Venezuela. Actualmente, y cuando lo pensamos de esta manera confirmamos que si, que la dificultad esta en el modo «arrecho», y este es el grado de dificultad más duro. Esto, por lógica, nos indica que estamos llegando al final de un videojuego, y tal ocurre en los finales de este tipo de entretenimientos, debemos enfrentarnos a un “jefe”. La interrogante es ¿Quién es ese jefe?»

El “jefe” de la etapa final del videojuego representa toda las trabas que nivel, tras nivel, hemos venido superando. Esos impedimentos vuelven ahora, y son representados como una suma y multiplicación total de los obstáculos anteriores.

Viéndolo desde el escenario situacional del país, y por lo que hemos pasado y seguímos pasando (no por mucho tiempo), nuestro “jefe” final podría ser no sólo uno, sino varios. Por ejemplo, un “jefe” podría ser  nuestra indiferencia, así como también podría ser nuestra visión de hacer y aceptar la política. Otros posibles “jefes” serían nuestra capacidad para reconstruir un país desde la union, o la seguridad de que esto no se repita.

Pueden ser o no ser esos “jefes” los factores que determinen el desenlace de este juego de video. Pueden ser, más o menos. No obstante, si de algo podemos estar seguros como individuos es que nos hacemos más fuertes a medida que avanzamos y nos nutrimos de experiencia. Una experiencia que nos da la sabiduría para combatir a ese “jefe final” tan temible. Estos niveles tan engorrosos no han sido en vano, y nosotros tenemos que procurar que siga siendo así.

Como dije en el comienzo: no es deseable llegar al gamer over para descubrir que este era el último episodio y que estábamos tan cerca del final. Por eso es necesario apostar por un desenlace inmediato, para observar en pantalla, por fin, el tan anhelado, y esperado, «You Win», lo cual se traduce en una frase más fuerte y enérgica: ¡Se acabó la dictadura!

Twitter: @Dennys_JPS

Nota: la imagen que ilustra el articulo pertenece al polémico trabajo audiovisual City Rooms (2003) de Pedro Morales, obra interactiva censurada por el gobierno venezolano.