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(San Juan de los Morros. 20/11/2017) El periodo transcurrido entre los años 2005 y 2010 representó los años de mayor popularidad del difunto presidente Hugo Chávez. Era complejo expresarle a alguien con escaso conocimiento sobre el tema económico lo mal que el “comandante” manejaba la política económica de Venezuela. Solo el mencionarle a un chavista que las decisiones tomadas por el régimen en materia económica eran terribles, surgían respuestas como esta “imposible que estemos tan mal así como dices, analiza como la industria automotriz creció, las ventas de celulares aumentaron, los centros comerciales llenos”. Eso era hasta cierto punto una realidad irrefutable, pero lo verdaderamente trascendental era la ficción creada por la dictadura de manera intencional, para generar un clientelismo electoral y de esta manera instaurar el modelo comunista auspiciado por los hermanos Castro.

Chávez derrochó los mayores ingresos petroleros de la historia del país con el objetivo de crear una sensación falsa de bienestar. Era la época de la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) y sus cupos, el grueso del financiamiento de China y Rusia, el ingresó de dólares por la venta de bonos de la República y de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), la impresión de dinero inorgánico era ostensiblemente alto, las arcas del Banco Central de Venezuela (BCV) se convirtieron en la caja chica del gobierno.

El país vivía en una fiesta total, el que no compraba un carro te adquiría una moto, celulares por montones, cualquier persona te podía decir “acabo de llegar del norte o de Ecuador, México, Aruba o de cualquier país donde se podían raspar los cupos CADIVI”. Pero la fiesta siempre termina, y trae consigo la resaca. En esa fiesta se dilapidaron casi un billón de dólares, quedamos con una deuda enorme, casi sin reservas internacionales, monumental déficits fiscal, desabastecimiento crónico, la industria manufacturera paralizada, la producción agropecuaria operando a un 30% de su capacidad, control de cambio mafioso y un control de precios criminal. Un coctel peligroso para la economía.

Con ese panorama y con la tendencia a empeorar muere Chávez y Nicolás Maduro asume el poder. Este hereda una bomba de tiempo, y al no hacer los correctivos necesarios la explosión era cada vez más inminente. La decisión  de profundizar el modelo socialista hace que la situación sea insostenible. Las experiencias socialistas demuestran que el propósito de esos regímenes es destruir todo vestigio de desarrollo empresarial, industrial, tecnológico y de emprendimiento, para que las personas no tengan autonomía y dependan exclusivamente de las migajas que otorga el sistema.

Precisamente para afianzar el modelo socialista se contrató a Alfredo Serrano Mancilla, un economista español militante del partido Podemos y socialista ortodoxo. Él es quien mueve los hilos estratégicos desde el Palacio de Miraflores en materia económica. Mancilla le propuso a Maduro que adoptara la acupuntura para el manejo de la divisas. Esta estrategia no mejoró la situación en materia cambiaria, cosa que era previsible porque la disponibilidad de divisas en dólares escasea desde hace tiempo. El asesor parece el artífice de la reestructuración o renegociación de la deuda. Por las declaraciones dadas por el Presidente no sabemos si es reestructuración o renegociación. Son cosas distintas la renegociación y la reestructuración, pero la falta de manejo de un lenguaje técnico complica la situación.

El economista español también ideó el pagar los interese de los bonos siempre en los tiempos de gracia, estrategia política que le saldrá caro al país. Ya que el Comité de las Américas de la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA) declaró que Venezuela estaba inmersa oficialmente en default. Algunos expertos salieron a dar sus opiniones sobre los terribles efectos de la declaración de un default para Venezuela. Estos expertos se dedicaron a analizar este particular problema desde el punto de vista económico y legal. Es decir, ellos destacan que presumiblemente vendrán litigios, amenaza de embargo y otras acciones desde el punto de vista jurídico.

Mi opinión es que eso lo deseaba gobierno. Estoy convencido de que la ISDA le hizo el favor al régimen y adelantó los hechos. Digo esto porque soy de los que piensa que la declaración de cesación de pagos es una estrategia eminentemente política, que quería obtener a través de la negociación con los tenedores de bonos. Por tal razón la declaración de la ISDA le abonó el terreno al gobierno para que utilizara esa circunstancia como una herramienta electoral.

Es prácticamente imposible llegar a un acuerdo con los tenedores de bonos en el entorno por lo siguiente: Las reservas internacionales están sumamente bajas, 9700 millones de dólares aproximadamente, una deuda externa de aproximadamente 160.000 a 180.000 millones de dólares, los inmensos compromisos con China y lo que le regalamos a nuestros amiguitos del Caribe. Sumado a eso hay que señalar que las importaciones están sumamente bajas. Imaginemos las deudas en default con empresas radicadas en nuestro país. Si bien es cierto siempre se le da importancia a la deuda externa, pero internamente el gobierno le debe una inmensa cantidad de millones de dólares a empresas que han paralizado su producción, y que no han recibido ninguna asignación y mucho menos liquidación de divisas desde hace mucho tiempo. Esto quiere decir que estamos en default desde hace rato.

Este entorno significa que el régimen no va a poder renegociar o reestructurar ninguna deuda. Sencillamente se busca no llegar a ningún acuerdo y luego crear una enorme estrategia comunicacional donde se señale que el “Imperio” los tiene bloqueados por culpa del lobby de la oligarquía criolla en Estados Unidos y que por eso el gobierno bolivariano no puede pagar la deuda. Posteriormente se llamaran a los simpatizantes del chavismo a mantenerse rodilla en tierra para preparase ante una eventual invasión. No me sorprendería si otra vez se realizara ejercicios militares antiimperialistas, donde pondrían nuevamente a señores de la tercera edad a brincar y a saltar, siendo el hazmerreir de muchos.

La finalidad del default es correr la arruga para otro año que no sea el 2018, de esta manera obviar algunos compromisos a futuros y por ende contar con algunos dólares para traer comida y cualquier bien que sirva para el chantaje político. De esta manera el régimen busca seguir comprando la conciencia de algunos ilusos que se maravillan cuando reciben alguna limosna del gobierno. Recordemos que el próximo año supuestamente se realizaran elecciones presidenciales.

Por tal razón a la dictadura le urge contar con la complicidad de algunos dirigentes de oposición, quienes por ambición al poder van derecho a un supuesto dialogo donde está más que claro las intenciones del régimen que solo quiere ganar tiempo para que su estrategia del default logre su objetivo. Al final dichos dirigentes serán unos chivos expiatorios utilizados por el régimen ante un eventual default.

No se puede tolerar ese dialogo cómplice, las experiencias pasadas ya fueron suficiente claras para saber qué es lo que quiere la dictadura. Quizás por intereses monetarios o por ingenuidad factores de la oposición asistirán a la cita en República Dominicana. Espero que rectifiquen y dejen de ser cómplices de este juego macabro. Lastimosamente las esperanzas de que rectifiquen son casi nulas. Esperamos que nos sorprendan.

Julio Pérez (Coordinador Estatal de Guárico de Formación de Cuadros)