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La Asamblea Nacional, de mayoría opositora, hoy acordó por unanimidad el emplazar al PRESIDENTE a abrir el canal humanitario para permitir la entrada de medicina y ayuda de la ONU.

Ese fue el titular; la realidad, va más allá: La A.N. emplazo al PRESIDENTE, sí, el mismo «Presidente» que hace un par de meses esa misma Asamblea Nacional, con esa misma mayoría, declaró que abandonó su cargo, es decir, desconoció como Presidente mediante un acuerdo que todos aprobaron. Esos diputados, que fueron elegidos por la mayoría del pueblo venezolano para representarlos, para guiarlo hacia un cambio, para emplazar al pueblo a un camino que acabara con tanta corrupción, con tanta inseguridad, con tanta destrucción, con tanta miseria, con tanta burla, con tanta escasez, con tanta muerte, con tanta pobreza, con tanto descaro y con tanta falta de respeto.

Esa A.N. nos sigue faltando el respeto, al pueblo que creyó en ellos y sus promesas, que creyó en sus palabras de valentía, en sus gritos llenos de brío, gritos encendidos de pasión y de seguridad; a la gente que voto por ellos y por su promesa electoral de guiarnos por el camino correcto, la de llevarnos a la luz dentro de tanta oscuridad, la de no flaquear en la lucha, la de no abandona el barco a la deriva, la de conducir los caminos, la de usar el espacio que nunca habíamos tenido, sabiamente para lograr en 6 meses y por medios constitucionales determinar por cual vía debíamos impulsar el cambio.

Más de un año ha pasado, y sí, han propuesto, han buscado, han indicado, es por aquí revocatorio, es por allá abandono de cargo, es la enmienda, es pedir la renuncia, es la constituyente; pero como buena oposición stalinista, solo han vendido el humo, la esperanza, han impulsado cada uno de estos mecanismos pero sin la fuerza suficiente que amerita el caso. Se han dejado pisotear una y otra vez, y dejarse pisotear ellos es dejar pisotear al pueblo; dejarse faltar el respeto como poder legítimamente elegido por la inmensa mayoría del pueblo venezolano, no es otra cosa que permitir que sea irrespetado el pueblo, el mismo pueblo que muere a diario por homicidio, el mismo pueblo que pasa hambre, que es humillado a diario con colas, con bolsas de comida, comiendo de las bolsas de basura, muriendo por comer un vegetal mal procesado, impulsados por el hambre que ciega y duele. Ese pueblo que no consigue medicamentos ni para el cáncer ni para enfermedades que se creían ya extintas y superadas, ese pueblo al que no le alcanza el sueldo, así lo aumenten un 200%.

Ese pueblo que vive ahogando sus penas y distrayendo su miseria en redes sociales, siendo participe, víctimas y ocupándose en la cantidad de shows mediáticos que lanza a diario la maquinaria publicitaria, propagandística, fascista del gobierno, para olvidar el hambre, para olvidar sus preocupaciones, para ahogar su tristeza, para no ver su nevera vacía, para alimentar el espíritu y creer que en algún mundo paralelo todo está bien. «El venezolano no pierde el buen humor, a todo le consigue un chiste». Y mientras el Tribunal Supremo de Justicia, el escritorio de abogados todopoderoso del régimen chavista, se encarga de interpretar la constitución a su conveniencia, eliminando la inmunidad parlamentaria que más que otorgada por la Constitución, fue otorgada a una serie de individuos por mandato popular en unas elecciones donde el pueblo elige sus representantes para que sean su voz, para que sean su cara, para que hablen sin miedo, para que digan lo que el pueblo quiere que sea dicho. Mientras la OEA decide delicadamente si aplicar la Carta Democrática Interamericana en Venezuela, y el Gobierno queda autorizado por el TSJ para declarar un Estado de Excepción, autorizado así a sacarnos de cualquier organismo internacional. Mientras el Gobierno ha sido declarado abiertamente dictatorial al usar el Poder Judicial, elegido ilegítimamente por una AN en un mecanismo fuera de la constitución, para desconocer y eliminar por completo el Poder Legislativo, legítimamente elegido por el pueblo. El CNE, también elegido ilegítimamente violando la Constitución, no termina de convocar unas elecciones que constitucionalmente debían haberse realizado hace un par de meses. Mientras el país es gobernado por una persona acusada de narcotráfico, terrorismo y corrupción, mientras todo esto sucedió, sucede pues que lo más comentado en Venezuela es un video de un trio filtrado, y los líderes de la «Oposición» están pensando en candidaturas presidenciales.

El show debe continuar a pesar de los asesinados, de los secuestrados, de los que mueren por falta de alimento, de los que pasan hambre, de los que comen de la basura, de los que emigran, de los que sufren, de los que se enferman, de los venezolanos, el show debe continuar.

@Manuelcicle