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Mientras nuestro país atraviesa la peor crisis de su historia, una parte de la oposición sigue empeñada en sentarse a dialogar con distintos factores del régimen responsable de dicha crisis, sin darse cuenta de que su avidez por solucionar los muchos problemas de la nación sentándose en la mesa de diálogo, lo que ha traído es mayor descontento, rechazo y desconfianza por parte de los ciudadanos.

El principal argumento para continuar con el diálogo es que algunos piensan que se tienen que agotar todas las vías posibles para evitar una tragedia en Venezuela, lo que hace surgir las siguientes interrogantes: ¿Acaso lo que vivimos los venezolanos en nuestro día a día no es una inmensa tragedia? o ¿Hay una tragedia peor que darle continuidad a este régimen indolente?

Lo cierto es que el precio de este diálogo cada día aumenta más, y no son precisamente los interlocutores quienes lo pagan, el tiempo pasa y el número de ciudadanos que tienen que hurgar en la basura para poder comer algo, aumenta. La cantidad de familias en duelo por la pérdida de uno de sus miembros crece a diario, bien sea en manos del hampa o debido a la enorme escasez de medicamentos; hay que destacar que la apertura del canal humanitario fue uno de los acuerdos a los que se llegó en las sesiones de diálogo sostenidas los días 11 y 12 de noviembre y que a ya casi un mes de esto aún no se cumple, lo cual ha generado que la parte opositora decidiera no acudir a la reunión planteada para el día 06 del presente mes.

Es más que obvio que el régimen no se encuentra en la mesa de diálogo para negociar su salida, toda acción que ejecutan es en función de enquistarse en el poder a como dé lugar, y la MUD cometió el error garrafal convocar a los ciudadanos a la calle para luego desconvocarlos, con esto solo logro perder su poder de convocatoria y credibilidad.

Para el régimen de Maduro el diálogo ya logró su objetivo, puesto que Monseñor Claudio María Celli, enviado del vaticano, ha declarado que el proceso de diálogo se retomara el 13 de enero e instó a los poderes públicos a no aprobar o dictar medidas que dificulten la relación entre ellos o el diálogo hasta dicha fecha. Esto no es más que una solicitud de no retomar el juicio político planteado contra el dictador por parte de la Asamblea Nacional, lo que haría que Maduro llegara al 10 de enero de 2017 y le garantizaría el poder al chavismo al menos hasta 2019.

A más de un año de haberse obtenido la mayoría calificada en la Asamblea Nacional, por una victoria contundente en las elecciones del 06 de diciembre, parece que quienes hoy dialogan no comprendieron el claro mensaje que los casi 8 millones de ciudadanos, le dieron a la MUD la victoria, enviaron al momento de sufragar. Los venezolanos queremos cambio, queremos futuro, pero sobre todo queremos libertad y esto solo lo conseguiremos cambiando este sistema corrupto, fracasado y nefasto que hoy gobierna nuestro país, pero en «revolución» solo se hacen elecciones cuando se están seguros de que las van a ganar y después de los resultados obtenidos en 2015 es un hecho que no ganaran ninguna más.

 

@rrespinozar