Muchos a través del tiempo han discernido sobre el significado de lealtad. Esto, llevado al campo de lo práctico, es mucho más difícil, ya que las personas que intentan su accionar están constantemente sometidas a las tentaciones inspiradas por vicios o emociones como el miedo, la envidia y el rencor. Sin embargo, vale la pena rescatarlo en un país y una época donde parece el valor más distorsionado.
La lealtad expresa un sentimiento de compromiso que se desarrolla a través de la personalidad de cada individuo y este compromiso no sólo es hacia otras personas en el contexto de la amistad o la admiración, sino con organizaciones y por supuesto principios morales que cada ser humano tenga.
La lealtad es fidelidad a las propias acciones y comportamientos, por lo que una persona leal posee la característica de cumplir, inclusive cuando el contexto es adverso. Sin embargo, una de las lealtades más importantes es la lealtad a la verdad, que podemos ver como honestidad. Y estas, a la vez, forman parte de la integridad, que es la capacidad de ser fiel a una idea. Eso presupone la capacidad de pensar.
La lealtad no significa ausencia de razón, ni seguir ciegamente. Actualmente, desde el régimen socialista nos piden a todos que actuemos de forma leal. Se lo exigen a un conjunto de personas que estuvieron de alguna u otra forma mareadas con un país inexistente donde todo era gratis y la riqueza podía saquearse a los demás, para ser redistribuida a aquellos que continuaran respaldado al régimen. Esto no es lealtad, sino el más vil chantaje, la lealtad es recíproca y como es un valor, es incorrecto exigir lealtad como consecuencia de la destrucción de otros.
Las personas deben ser leales a sí mismas, a sus ideas, pensamientos y actitudes, cuando esto pasa puedes ser leal con tus hermanos, porque es imposible ser leal a otros sin serlo con nosotros mismos.
La lealtad, sin embargo, posee un opuesto, que es la traición. Esta se establece cuando se quebranta un compromiso de lealtad, compromiso que puede ser con tus amigos, ideales o acciones y que bajo una perspectiva individual debieron llevase a cabo.
Uno de los actos de deslealtad o traición más famosos en la historia lo encontramos en la Biblia, específicamente en la figura de Judas Iscariote. Este discípulo de Jesucristo traicionó a su maestro y les dijo a sus perseguidores dónde podían capturarlo sin que los seguidores de Jesucristo intervinieran.
La lealtad es una de las cosas más importantes que define a un ser humano. Cuando esta lealtad es racional, se exalta el compromiso de quien es leal y de quien inspira esta lealtad. Por ende, para ser leal con alguna cosa, esta debe ser recíproca con su accionar, ajustado a la integridad y respeto individual.
Por ende, cuando te exijan lealtad, antes pregúntate: ¿Lealtad a qué?
“Uno puede luchar con una causa viva, pero no puede luchar con una muerta. Una causa muerta, como todas las cosas muertas, no desaparece, deja algo descompuesto por detrás, que es lo más desagradable que pueda pesar sobre su nombre”.
Ayn Rand, El Manantial.
@Riverols