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Al pasar de los años, en Venezuela se han satanizado muchas cosas, una de ellas han sido las posturas políticas de partidos y liderazgos específicos, la ciudadanía se ha expresado de alguna u otra forma; pero entre la misma clase política se han dado señalamientos o críticas a lo que se ha dicho, hecho o se ha dejado, de hacer.

Ahora bien, este preámbulo para decir que dentro de la misma oposición venezolana se han generado distanciamientos, tal vez ideológicos, tal vez de opiniones, tal vez de decisiones, tal vez de acciones; pero la verdad es que cuando no quieres escuchar las críticas, sencillamente te satanizan, o te echan a un lado si lo que sostienes, caes en eso de «opinar distinto», cuando descubres agendas ocultas y te distancias te ven como el niño rebelde del salón que no se quiere «comportar».

¿Y esto lo digo por qué? Sencillo, quiero hablarles de una opción diferente y fresca, quiero hablarles de una opción que promueve los valores de la propiedad, honradez, responsabilidad, valentía, coherencia, respeto, solidaridad y esfuerzo. Quiero hablarles de Vente Venezuela, que inicia como un movimiento de ciudadanos libres creyendo en la política de ética, de principios y con ideas promotoras de libertad para lograr prosperidad, y sobre todo enfocados y comprometidos con un proyecto de reconstrucción nacional.

Somos una gran organización política creyente en el valor humano, poder ciudadano, liderazgo sólido y de compromiso,  en la formación intelectual, en la fuerza juvenil; pero que ha venido aglutinando cada vez más personas voluntariamente y con responsabilidad de los tiempos duros y trascendentales que estamos viviendo, lo que nos ha permitido diferenciarnos de muchos y de trabajar con una sola cara y un solo corazón por nuestra nación, cada uno desde diferentes espacios, pero apostando por el crecimiento, el avance y la transformación que comienza por cada uno de nosotros como individuos para luego poder ser una sociedad ejemplar.

Y es que por marcar la diferencia, por llamar las cosas por su nombre, por hablar de frente y con claridad, por decir nombres y apellidos de los responsables de una catástrofe multifactorial en nuestro país, por decir que expropiar es robar, por siempre defender los valores éticos y las exigencias ciudadanas, por hablarle de libertad a un país que vive en una dictadura autoritaria, por no aceptar negociar derechos para transacciones, por no callarnos cuando nuestro deber y compromiso es hablar con claridad, honestidad y responsabilidad, por advertir una crisis sin precedentes antes que se exacerbara, por declararnos en rebeldía y desobediencia ante una tiranía canalla y mafiosa, por dar a conocer con cifras y detalles al mundo las consecuencias de la terrible gerencia de un régimen peligroso, militarista y totalitario, por expresar diferencias con factores políticos de la oposición, por esto y mucho más, hemos sido catalogados como radicales y divisionistas.

Radicales porque hemos hablado con contundencia y firmeza, con la verdad, con la cual no ofendemos ni tememos. Divisionistas porque nos hemos distanciado de políticas, discursos y prácticas populistas, de vender nuestra moral, divisionistas porque cuando pensamos distinto lo expresamos sin titubear ni claudicar.

¿Esto es ser radical y divisionista? Entonces sí, lo somos. Recordemos que el principio básico y fundamental de una democracia es el respeto a las minorías, pero sorpresa, ¡SOMOS MAYORÍA!, y no desde ayer, ni desde hoy, somos mayoría desde hace mucho, una inmensa mayoría que confía y quiere recuperar los valores democráticos nacionales pero por sobre todo: la libertad.

Ha llegado la hora de seguir sumando más personas a esta gran barca, donde cada uno rema para calmar la marea, juntos y con nuestros esfuerzos lograremos llegar a tierra firme, podremos navegar con tranquilidad en aguas profundas pero con vientos a nuestro favor.

Nos toca una gran labor cívica, nos toca a todos desde distintos espacios observar, idear, planificar, guiar y direccionar un bote que lleva 18 años recibiendo duros golpes, al cual le han quitado el motor de arranque, que no lo han dejado avanzar, entonces, ¿Qué esperas? ¿Remas o te quedas? ¿Radicales y divisionistas? Los que hacemos vida en Vente Venezuela tenemos un propósito muy claro, confiamos en nuestras capacidades y talento, ¡y lo vamos a lograr!

No te quedes esperando, ¡VENTE a luchar!