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 “Esperanza: es un estado de ánimo optimista basado en la expectativa de resultados favorables relacionados a eventos o circunstancias de la propia vida o el mundo en su conjunto”.

Millones de Venezolanos vivimos aferrados a una esperanza, si, la esperanza de cambio, de ya no mas hambre, de ya no mas inseguridad, no mas miseria, no mas controles, anhelamos la “Venezuela de antes”, esa que la mayoría conoció, donde no había escasez de ningún tipo, y donde, a veces, el único problema era definir el sitio a donde ir a vacacionar.

Nuestra primera esperanza, fue la de un cambio el 6 de Diciembre 2015, y si, efectivamente, hubo cambio, los estafadores, los corruptos, los tarifados – en su mayoría- dejaron el curul, y ocuparon su lugar los que proponen una visión de una mejor Venezuela, una Venezuela de Todos Pa’ Arriba. Y esto gracias a la valentía, gallardía, y voluntad de un pueblo cansado que se desbordo en la calle el día 6D, y defendió cada voto para obtener la tan anhelada victoria.

Sin embargo, se nos torna gris esa dosis de esperanza gracias a los abusos y arbitrariedades de la dictadura protagonizada por Nicolás Maduro y sus secuaces, pues un Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sobornado, despreciable, tarifado y partidista, encabezado por Gladys Gutiérrez, actúa como el peor verdugo de la legislación venezolana, descalificándola y quebrándola moralmente.

Nuestra siguiente esperanza, después de 4 meses, fue la propuesta de llevar a cabo el referéndum revocatorio para derrocar al monigote –Nicolás-, cada tramite, cada paso, de la eterna burocracia venezolana, hecha al pie de la letra, y nuestro eterno refractario, el Consejo Nacional Electoral (CNE), igualmente tarifado, infame y partidista, encabezado por la aliada de la dictadura: Tibisay Lucena, actúa en contra de la democracia y la justicia venezolana, colocando las mil y un impedimentos al ejercicio democrático que deseamos millones de venezolanos llevar a cabo para empezar la etapa de la transición en Venezuela, y –nuevamente- se nos vuelve a tornar gris el panorama.

Ahora, ya no damos cuenta de que a pesar que la esperanza, y la fe, sean más grandes que cualquier otra cosa, siempre están los enemigos haciendo muro, y como tienen el poder, conciben de las suyas –con referencia al régimen-.

Pero, no hay que decaer, porque a nuestro ser se incorporó la esperanza más grande, la única opción que tenemos ante la dictadura, y la que debimos adoptar desde el día 1 de desdicha, “LA REBELIÓN Y REBELDÍA CÍVICA”, esa la del 1° de septiembre, y las de los días que le sigue hasta que caiga el mal, hasta derrotar al enemigo, es que como dice nuestro glorioso y acertado Himno Nacional: “Gritemos con brío. Muera la opresión. Compatriotas fieles, la fuerza es la unión (…)”. Nuestra voz se debe oír, debemos pelear nuestra libertad, nuestra dignidad, nuestra vida, y en la calle que se oiga claro y fuerte: “NICOLÁS RENUNCIA, O TE HAREMOS RENUNCIAR”.

Es obligación defender nuestra independencia, nuestra República, esta que nos arrancan poco a poco, donde hoy estamos, y mañana no sabemos. Muera la opresión desmedida del régimen hacia los ciudadanos, que muera, y esto es con calle, y mas calle ¡Caray! La desobediencia y negación de vivir en miseria y mengua debe ser nuestro credo hasta la caída. Ahora, que esta marcha sea una mas de tantas, dependerá del poder y la valentía de cada uno de nosotros como ciudadanos, de que no necesariamente debe recaer el futuro de cada uno en manos de los políticos que hacen frente, nuestra libertad es individual, nuestro futuro es propio, e individualmente debemos defenderla.

 Luego de que la esperanza se deje de llamar esperanza y pase a ser realidad, definitivamente, el primer rescate que debe existir en el país, es el de la moral, la buena costumbre, los principios, desde los entes reguladores de la justicia y la paz del país necesitamos políticos que amen a su país, mas que a una bola de dinero en su bolsillo, hasta la labor de cada ciudadano en trabajar por la reconstrucción de la patria. La transición y la reconstrucción de esta tierra tan noble deben estar en manos de líderes por convicción y vocación, no políticos –politiqueros- falsos Mesías, que pregonan paz y trabajan por la guerra con tal de tener su cuenta repleta en dólares.

Vaciemos toda nuestra fe, certidumbre y esperanza, en lo que se avecina, y que desde nuestras más profundas acciones, mas pronto que tarde sea nuestra realidad. ¡Que viva la  libertad!

@Marisela_DVPG