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Un amigo que gastó una fortuna en consultas  y tratamientos  relata: “De trescientos cincuenta kilos rebajé doscientos y sin tomar medicinas, solo bastó la dieta de Nicolás”.

Mientras su hermano me dice: «Cristian, ¿tú ves estos seis huecos nuevos en mi correa? Los hice uno por mes de enero para acá; y como van las cosas, de aquí a diciembre habré hecho otros seis».

-¡No será necesario, mi amigo! -le contesto- Nicolás, si no sale por referendo, mi padrino le pedirá la renuncia o él mismo lo hará voluntariamente.

¿Hasta cuándo viviremos en la miseria, comiendo una o dos veces diarias, con una delincuencia sangrienta, pobreza generalizada y sin artículos de limpieza personal, detergente para lavar ropas ni medicinas? Y todo por mantenerse un grupito en el poder.

Si lo estuviesen haciendo bien, perfecto, continúen, pero no sigan atormentando a todo un conglomerado nacional.

Somos el pueblo libertario de Simón Bolívar y jamás nos doblegaremos ante tiranos, colas y racionamientos producidos con la intención de esclavizarnos… ¡Resiste, Venezuela!

Escuché una alocución del ciudadano Ministro de la Defensa donde incorporan a cinco mil nuevos militares, especialmente guardias nacionales, para reforzar la nueva misión alimentaria.

Con toda consideración, señor ministro, eso no resultará por representar cinco mil nuevos matraqueros. Son cinco mil nuevos empleos para la excesiva burocracia Venezolana. Procure mejor el nombramiento en cargos fijos para los  diez mil maestros, profesores, jueces, interinos, obreros y contratados quienes llevan años prestando servicios en el estado Sucre sin estabilidad laboral.  Pero, ¿más guardias nacionales? ¡Por favor!

Y no es que tenga algo contra la institución castrense, mucho menos contra esos jóvenes militares, quienes también son mis hermanos merecedores de aprecio, confianza y respeto.

En todo caso, sería más beneficioso enviarlos a sembrar arroz en el valle de Cariaco-Casanay, los valles de San Bonifacio y la sabana de Venturini; a sembrar ocumo chino en las tierras de la parte sur del Pilar,  municipio Benítez; a sembrar café, cambur y apio en el Turimiquire; y a otro contingente a sembrar cacao, ocumo blanco y plátano en la Península de Paria.

Finalizo contándole una vivencia, señor ministro: “En el punto de control del peaje de Cariaco a las tres de la madrugada un Guardia Nacional sin camisa y descalzo robó a mi hermana los escasos  víveres que traía de la ciudad de Caracas para alimentar a su familia, (no para bachaquear). Además, le arrebató su cartera, apoderándose del poquito efectivo y cínicamente  preguntó:  «¿No llevas toallas? A mi mujer se le acabó ayer”.

Esta es la Venezuela inmoral, miserable y degradante, la cual estamos interesados en revocar; No el honor ni el prestigio de nuestras dignas Fuerzas Armadas.

De ser la voluntad de Dios y del pueblo que llegue a la Gobernación del estado Sucre, toda mi fuerza la pongo al servicio de una población oprimida, desesperanzada y hambrienta. Propulsaré la construcción de un nuevo aeropuerto para Carúpano y en el terreno del actual construiremos urbanizaciones, hoteles y centros comerciales para evitar la fabricación de ranchos y barrios sin planificación ni servicios, como ocurrió en el viejo aeropuerto cumanés, con el consentimiento de una revolución irresponsable cuyas mentiras ya no las cree ni un niño de cinco años. ¡Esto no lo aguanta nadie, necesitamos el referendo!

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